jueves, 31 de julio de 2008

!Ya estamos de vuelta!

Hermanos:
Quiero disculparme por no haber podido actualizar el blog durante estas semanas. He estado ocupado con otras cosas y mas que nada he querido experimentar el período de duelo al que convocamos el mes anterior a la iglesia. Este domingo como congregación terminamos los 40 días de duelo y oración por nuestra ciudad. Aproximadamente 300 personas participaron en ello. A diario había un grupo de personas orando y ayunando por nuestra ciudad pidiendo a Dios misericordia para nuestra ciudad.
Durante ese tiempo he estado preguntándole al Señor cuál es el siguiente paso, y creo que ya me ha mostrado algo de lo que sigue. En las próximas entradas al blog estaré compartiendo algunos pensamientos acerca de ello. Así que prepárense y chequen el blog regularmente.
Por lo pronto, sólo quiero dejarles con estas preguntas:

¿Qué puede ofrecer la Iglesia a la ciudad en medio de esta crisis (a mi parecer la peor crisis de violencia en su historia)?
¿Qué le podemos decir a un padre, a una esposa o a un niño que ha perdido de manera injusta a su ser querido en una balacera?
Si Dios está con, y, en la Iglesia, ¿no debería la Iglesia entonces hacer la diferencia para la ciudad?
¿Cuál debe ser el mensaje que le demos a n uestra ciudad que se pregunta qué hacer?

Estas son las preguntas que me he estado haciendo estas últimas semanas, y no quería escribir nada hasta no tener una idea clara de la respuesta. Te invito que tú también te las hagas y se las preguntes al Señor. Hay una frase que el rey Josafat exclamó en una oración a Dios en un momento de gran crisis sobre su ciudad. Dijo:

2 Crónicas 20:12 Oh Dios nuestro, ¿no los juzgarás? Porque no tenemos fuerza alguna delante de esta gran multitud que viene contra nosotros, y no sabemos qué hacer; pero nuestros ojos están vueltos hacia ti.

Así se siente también mucha gente, "no sabemos qué hacer" ante el embate del mal sobre nuestra ciudad. Sin embargo, el rey Josafat, que era un temeroso de Dios exclama: "nuestros ojos están vueltos hacia ti". Así nosotros también debemos voltear nuestros ojos hacia él y esperar de él dirección. El si sabe qué hacer, de él vendrá la solución.
Sigue pendiente...

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