miércoles, 15 de octubre de 2008

Las Cosas Siguen de Mal en Peor

Hermanos, quiero animarlos a que no desistan de orar por nuestra ciudad. Hay muchas cosas que pudieran desanimarnos de seguir creyendo que Dios va a obrar y cambiar las cosas. Pero es precisamente nuestra labor verlo a él por encima de todas las circunstancias negativas que presenciamos. Creo que lo principal que nos puede suceder es que caigamos en el temor y eso nos lleve a la incredulidad. Incredulidad de que nuestro Dios no va a cambiar las cosas. Esto significa que dudamos que quiere o que puede cambiar las cosas. Nos olvidamos que Dios sigue reinando:

Sal 47: 7 Porque Dios es Rey de toda la Tierra; cantad alabanzas con armonioso salmo. 8 Dios reina sobre las naciones; sentado está Dios en su santo trono.

Aunque veamos que los agnetes del mal sigue matando, robando, secustrando y extorsionando, no podemos dejar de creer que Cristo sigue reinando. Si por algún motivo él ha decidido demorar su respuesta y a nosotros nos parece que no está obrando, debemos de permanecer firmes y claros en esta verdad. Acaso, dejó de reinar nuestro Dios cuando estaban crucificando a Jesús. Sus discípulos no entendían, sus corazones se desplomaron hasta los suelos. Cayeron en una gran depresión y corrieron a esconderse encerrados bajo llave. Sin embargo, Dios estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo mismo (2Cor 5: 19) y estaba preparando un camino nuevo y amplio para que tuviéramos acceso a Dios (Heb 10:20). Lo que para los hombres parecía derrota, era en realidad su más grande victoria (Col 2:13-15).

Así ahora, no sabemos lo que él está planenado y llevando a cabo, pero podemos estar seguros que está reinando y que al final su perfecta justicia será establecida. Podemos estar seguros que él triunfará y veremos su bondad y misericordia manifestada. Siempre ha sido así y nadie puede detenerlo o entorpecer sus planes. Nadie puede resistir su voluntad o hacerlo desistir. Por lo tanto, mas bien debemos creer que este es el tiempo de oportunidad para que el mundo vea a la iglesia firme y segura. Con los ojos puestos en nuestro soberano, esperando que el descubra su brazo y haga reinar su justicia y paz. Esa paz que vendrá en forma de gracia derramada sobre nuestra tierra. Gracia de salvación, gracia de misericordia, gracia de perdón. O sea, un avivamiento de vida nueva en nuestro país. En donde ha abundado el pecado y la muerte pedimos que conforme a su voluntad veamos ahora una abundancia de su gracia.

No dejemos que el temor nos sobrecoja o sorprenda. La escritura nos llama no temer, sino a confiar que él nos librará de nuestros enemigos:

Sal 49:5 ¿Porqué he de temer en los días de adversidad cuando la iniquidad de mis enemigos me rodee...?

Sal 42:5 ¿Por qué te abates, alma mía, y por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios, pues he de alabarle otra vez por la salvación de su presencia.

Sal 40:1 Al SEÑOR esperé pacientemente, y El se inclinó a mí y oyó mi clamor. 2 Me sacó del hoyo de la destrucción, del lodo cenagoso; asentó mis pies sobre una roca y afirmó mis pasos. 3 Puso en mi boca un cántico nuevo, un canto de alabanza a nuestro Dios; muchos verán esto, y temerán, y confiarán en el SEÑOR. 4 Cuán bienaventurado es el hombre que ha puesto en el SEÑOR su confianza, y no se ha vuelto a los soberbios ni a los que caen en falsedad.

Hermanos, dejemos que la Escritura nos hable al corazón y podamos caminar con seguridad aún enmedio de la tragedia. Confiemos que hemos de ver su bondad y no desmayemos. El Señor triunfará...

Sal 27:11 SEÑOR, enséñame tu camino, y guíame por senda llana por causa de mis enemigos. 12 No me entregues a la voluntad de mis adversarios; porque testigos falsos se han levantado contra mí, y los que respiran violencia. 13 Hubiera yo desmayado, si no hubiera creído que había de ver la bondad del SEÑOR en la tierra de los vivientes. 14 Espera al SEÑOR; esfuérzate y aliéntese tu corazón. Sí, espera al SEÑOR.

miércoles, 1 de octubre de 2008

¿Se Puede Vivir en Paz en la Ciudad más Violenta?

Les quiero invitar a que escuchen la conferencia ¿Se Puede Vivir en Paz en la Ciudad mas Violenta? que fue impartida en días pasados por mi compañero el Lic. Abelardo Muñoz, quien es uno de los pastores de Gracia Soberana de Cd. Juárez. Vale la pena y tal vez puedan referir a otras personas que se encuentran desalentadas o angustiadas a que la escuchen. Se encuentra en:
http://www.iglesiagraciasoberana.org/multimedia/multimediaaudio-conf19sept.html

martes, 19 de agosto de 2008

36 en 72: ¡No Podemos Desistir!

En estas dos semanas la violencia se ha disparado al punto que el fin de semana antepasado 36 personas fueron asesinadas en un periodo de 72 horas. La semana pasada sicarios irrumpieron en un servicio evangelístico que unos hermanos Cristianos estaba dirigiendo en un Centro de Rehabilitación de la ciudad matando a 8 personas. Este fin de semana, sicarios asesinaron a 13 personas en una fiesta en Creel y 15 mas fueron asesinadas en esta ciudad. En verdad las cosas no se están poniendo mejor sino peor. Esa es la realidad.

Pero nosotros no nos guiamos por las circunstancias de la realidad, sino por lo que dice nuestro Dios. Es fácil desanimarse y “debilitarse en la fe” cuando vemos lo que sucede a nuestro derredor. Hemos estado orando para que cese la violencia y haya misericordia para nuestra ciudad, pero principalmente, hemos estado orando para que haya una transformación de nuestra ciudad y País. No queremos volver a lo mismo, a lo de antes. Sin embargo, no estamos viendo que sucede ni una cosa ni la otra, sino que la cosa se pone peor. ¿Qué debemos hacer? La respuesta es sencilla, no debemos desistir de implorar a nuestro Dios que nos escuche y que obre conforme a nuestras oraciones.

Cuando Abraham recibió múltiples veces la promesa de parte de Dios de que iba a ser el padre de un gran pueblo de bendición tuvo que esperar muchos años antes de ver esa promesa cumplida. Inclusive dice la Biblia que cuando vio su propio cuerpo casi muerto y el de su mujer estéril, tuvo que resistir la debilidad de su fe y no titubear con incredulidad. Abraham se fortaleció en la fe a pesar de ver que todas las circunstancias estaban en contra de que Dios cumpliera su promesa. Nosotros necesitamos fortalecernos en la fe también, dando gloria a nuestro Dios en quien estamos plenamente convencidos que es más que capaz de redimir nuestra ciudad y transformarla.

Romanos 4:18 Él creyó en esperanza contra esperanza, a fin de llegar a ser padre de muchas naciones, conforme a lo que se le había dicho: ASÍ SERÁ TU DESCENDENCIA. 19 Y sin debilitarse en la fe contempló su propio cuerpo, que ya estaba como muerto puesto que tenía como cien años, y la esterilidad de la matriz de Sara; 20 sin embargo, respecto a la promesa de Dios, Abraham no titubeó con incredulidad, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios, 21 y estando plenamente convencido de que lo que Dios había prometido, poderoso era también para cumplirlo.

Hermanos, veamos en quién hemos creído. En un Dios que se compadece de los pecadores y que no quiere su muerte sino su salvación. Nosotros somos prueba de ello. En un Dios que envió a su propio hijo a morir para poder salvar a los pecadores. Nosotros somos los beneficiarios de esto. En un Dios que escucha las oraciones de su pueblo. Nosotros somos su pueblo y Dios nos escucha. Hemos creído en un Dios que es soberano, poderoso, sabio y amoroso y cuyos propósitos nunca fracasan. No dejemos entonces de clamar a ese Dios y pedirle que transforme esta crisis de violencia de nuestra ciudad en un gran avivamiento que transforme todo nuestro País. Que haga lo necesario para que el mal, que aparentemente corre sin oposición, sea descubierto y detenido de manera definitiva.

Los dejo con este versículo que siempre ha traído fortaleza en la espera de la manifestación de la bondad de Dios:
Salmo 27:13 Hubiera yo desmayado, si no hubiera creído que había de ver la bondad del SEÑOR en la tierra de los vivientes.

viernes, 1 de agosto de 2008

Orando por Luz para Juárez

He estado preguntándole al Señor cuál es el siguiente paso para la Iglesia que ha estado orando por la ciudad durante estos meses. ¿Qué sigue? Obviamente debemos seguir orando. Es necesario perseverar en oración hasta que nuestro Dios nos responda y transforme nuestra ciudad. Hay que hacernos a la idea que esto es algo a largo plazo. No se transforma una ciudad completa en unos meses. Si no queremos volver a lo que había antes, necesitamos seguir perseverando en nuestra súplica que Dios intervenga de manera poderosa y soberana a cambiar nuestra ciudad.

Uno de las cosas que he empezado a agregar a mi oración es pedirle a Dios que destape y descubra el mal en la ciudad. Cuando hay un tumor canceroso en el cuerpo, los médicos cirujanos abren el cuerpo y destapan el mal. Es hasta que lo pueden ver que pueden conocer la extensión del mal. Pero una vez descubierto, entonces se puede extraer. Una de las realidades del problema de nuestra ciudad es que hay un gran sentido de incertidumbre. Todos nos preguntamos: ¿Quién está detrás de todo esto? ¿Porqué las autoridades aparentemente no pueden hacer nada? ¿Cuánta gente está involucrada y hasta qué niveles? Etc. Dios conoce perfectamente la respuesta a estas preguntas y tiene el poder de destapar la verdad y traer a luz la raíz del mal. Le pido a Dios que lo haga, que descubra a los responsables del mal para que puedan ser traídos a justicia. El mal prospera en la oscuridad, pero cuando la luz brilla esas tinieblas se hacen visibles y son expuestas y entonces serán transformadas en luz.

1 Corintios 4:5 Por tanto, no juzguéis antes de tiempo, sino esperad hasta que el Señor venga, el cual sacará a la luz las cosas ocultas en las tinieblas y también pondrá de manifiesto los designios de los corazones; y entonces cada uno recibirá su alabanza de parte de Dios.
Efésios 5:13 Pero todas las cosas se hacen visibles cuando son expuestas por la luz, pues todo lo que se hace visible es luz.

Podemos orar que Dios destape los planes de las fuerzas del mal. Que sus acciones y motivos sean descubiertas y exhibidas ante la comunidad. ¿Acaso no sería eso un gran golpe contra el mal? Los ladrones operan en la oscuridad, los extorsionadores se ocultan para engañar, los asesinos sorprenden a sus víctimas y ocultan sus rostros tras máscaras y pasamontañas. Pero Dios puede descubrirlos y desenmascararlos. Si lo hace desactivará su poder.

Juan 8:12 Jesús les habló otra vez, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.
Juan 12:46 Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo el que cree en mí no permanezca en tinieblas.

Pero no solo le pido que destape el mal, sino que haga brillar grandemente su luz admirable. El vino para ser luz en las tinieblas. Esa luz viene y nos ilumina con el conocimiento de la gloria de Cristo. Lo que Juárez necesita es conocer el rostro resplandeciente de Jesús. Esa luz destruirá las tinieblas. El conocimiento de Cristo es lo que le pedimos al Señor que traiga sobre la ciudad. Que llene esta ciudad de conocimiento de Jesús, que Juárez lo conozca y lo pueda percibir. Que destape los ojos de la gente que está cegada a ese hermoso resplandor. Juárez necesita luz para ver a Cristo. Y Cristo mismo es esa luz

2 Corintios 4:3 Y si todavía nuestro evangelio está velado, para los que se pierden está velado, 4 en los cuales el dios de este mundo ha cegado el entendimiento de los incrédulos, para que no vean el resplandor del evangelio de la gloria de Cristo, que es la imagen de Dios. 5 Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Cristo Jesús como Señor, y a nosotros como siervos vuestros por amor de Jesús. 6 Pues Dios, que dijo que de las tinieblas resplandecerá la luz, es el que ha resplandecido en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Cristo.

Señor, destapa el mal en nuestra ciudad. Desenmascara las fuentes responsables de ese mal. Descubre las artimañas del enemigo y sus estrategias de maldad. Y que todo esto debilite al mal de tal forma que ya no pueda operar. Y te pedimos que brille tu luz admirable en todo su resplandor para que Juárez pueda ver claramente tu gloria y se deleite en ella. Destapa la ceguera de los Juarenses para que viendo tu rostro te conozcan y obtengan la luz de la vida eterna en sus vidas, Amén.

jueves, 31 de julio de 2008

!Ya estamos de vuelta!

Hermanos:
Quiero disculparme por no haber podido actualizar el blog durante estas semanas. He estado ocupado con otras cosas y mas que nada he querido experimentar el período de duelo al que convocamos el mes anterior a la iglesia. Este domingo como congregación terminamos los 40 días de duelo y oración por nuestra ciudad. Aproximadamente 300 personas participaron en ello. A diario había un grupo de personas orando y ayunando por nuestra ciudad pidiendo a Dios misericordia para nuestra ciudad.
Durante ese tiempo he estado preguntándole al Señor cuál es el siguiente paso, y creo que ya me ha mostrado algo de lo que sigue. En las próximas entradas al blog estaré compartiendo algunos pensamientos acerca de ello. Así que prepárense y chequen el blog regularmente.
Por lo pronto, sólo quiero dejarles con estas preguntas:

¿Qué puede ofrecer la Iglesia a la ciudad en medio de esta crisis (a mi parecer la peor crisis de violencia en su historia)?
¿Qué le podemos decir a un padre, a una esposa o a un niño que ha perdido de manera injusta a su ser querido en una balacera?
Si Dios está con, y, en la Iglesia, ¿no debería la Iglesia entonces hacer la diferencia para la ciudad?
¿Cuál debe ser el mensaje que le demos a n uestra ciudad que se pregunta qué hacer?

Estas son las preguntas que me he estado haciendo estas últimas semanas, y no quería escribir nada hasta no tener una idea clara de la respuesta. Te invito que tú también te las hagas y se las preguntes al Señor. Hay una frase que el rey Josafat exclamó en una oración a Dios en un momento de gran crisis sobre su ciudad. Dijo:

2 Crónicas 20:12 Oh Dios nuestro, ¿no los juzgarás? Porque no tenemos fuerza alguna delante de esta gran multitud que viene contra nosotros, y no sabemos qué hacer; pero nuestros ojos están vueltos hacia ti.

Así se siente también mucha gente, "no sabemos qué hacer" ante el embate del mal sobre nuestra ciudad. Sin embargo, el rey Josafat, que era un temeroso de Dios exclama: "nuestros ojos están vueltos hacia ti". Así nosotros también debemos voltear nuestros ojos hacia él y esperar de él dirección. El si sabe qué hacer, de él vendrá la solución.
Sigue pendiente...

martes, 1 de julio de 2008

Un Llamado al Arrepentimiento de Cd. Juárez (3a. Parte)

¿Qué es lo que Cd. Juárez Necesita?

Algunos han comentado que Juárez necesita volver a la normalidad. Otros que se necesita que la ciudad reciba un mensaje positivo. Otros, que se salga a la calle a pedir paz para nuestra ciudad y otros que se presione al gobierno para que haga algo. Pero, creo que para los Cristianos, no debe haber especulación acerca de lo que necesita nuestra ciudad. No nos corresponde tratar de idear algún elemento que pueda ayudar al estado crítico de nuestra comunidad. Nos corresponde primero voltear hacia el que es Rey y Señor de todo y preguntarle a él qué es lo que nuestra ciudad necesita. En otras palabras, no debemos buscar una solución al problema en nosotros o en nuestras opiniones o ideas. Debemos buscar la solución que El determine para la ciudad. Cd. Juárez necesita preguntarle a Dios qué es lo que El quiere que haga, cómo quiere Dios que respondamos. Y he dicho que la respuesta que Dios demanda de todos los hombres es que volteen a él en arrepentimiento y sumisión.

Joel 2:12 Aun ahora -- declara el SEÑOR -- volved a mí de todo corazón, con ayuno, llanto y lamento. 13 Rasgad vuestro corazón y no vuestros vestidos; volved ahora al SEÑOR vuestro Dios, porque Él es compasivo y clemente, lento para la ira, abundante en misericordia, y se arrepiente de infligir el mal. 14 ¿Quién sabe si volverá y se apiadará, y dejará tras sí bendición
Sin embargo, muchos no están de acuerdo con este punto de vista. Esta semana me llegó copia de un correo firmado por Pequeños y Medianos empresarios (Pymes) que dice precisamente todo lo contrario a lo que he estado publicando en este blog. Y dice textualmente:

"No hagas como muchos dicen que SOLO nos queda encomendarnos a Dios. En efecto, hay que encomendarse a él al salir de su casa o negocio pero no solo hagan eso, recuerden que Dios dice Ayúdate que yo te ayudare. O que a caso nos vamos a quedar de brazos cruzados hasta que nos toque turno a cada uno de para luego volver a empezar de nuevo con el primero. Estas personas no van a detenerse y si dejamos que sigan tan tranquilos les va a gustar y va a ser un negocio para quedarse. Debemos hacer esto público, que se vea a nivel nacional para presionar a las 3 esferas de gobierno a que actúen al respecto..."

No me avergüenza decir que no estoy de acuerdo con esto, no porque no creo que es correcto que se le pida a la autoridad que mantenga el orden, sino porque no creo que esa sea la solución a un problema que trasciende mucho más que esto. Creo que es necesario que la ciudad y sus sectores se dejen de ver como victimas de un fenómeno social y asuma cada quien la responsabilidad que le corresponde delante de Dios. ¿Podemos pedir justicia si nosotros no estamos obrando en justicia? ¿Podemos pedir que se limpie nuestra ciudad de "los malos" si nosotros no nos hemos arrepentido de nuestras propias maldades? Estoy seguro que hay mucha gente que si es una victima inocente de la violencia, pero también puedo asumir que hay muchos que ahora la denuncian pero que anteriormente se beneficiaban de lo que el "narco" derramaba en nuestra ciudad.

¿Acaso no es también gravoso para Dios que haya antros en donde se promovía la venta de "tachas" entre los jóvenes de nuestra ciudad? ¿Acaso no es ofensivo para El, que en nuestra ciudad hayan proliferado prostíbulos y Moteles de paso? ¿Acaso no se duele de la inmoralidad, del vicio, del abandono de niños, del divorcio, de la injusticia patronal, de la voracidad empresarial, de la arrogancia social, de la corrupción, del soborno, del abuso doméstico, de la explotación de menores, de la irresponsabilidad social, del vandalismo, del robo y la estafa y de tantas otras cosas que han proliferado en nuestra sociedad por tanto tiempo? La realidad es que todos somos culpables de haber ofendido a Dios y ahora que la cosa se pone dura, en lugar de clamar por justicia debiéramos clamar por misericordia de su parte.

Este texto de Joel me anima a creer que si la ciudad se vuelve hacia Dios, Dios quien es compasivo y bondadoso se puede compadecer de nosotros y nos puede salvar de todo esto. El si puede transformar toda una ciudad. El si puede cambiar los corazones de los hombres. El si puede redimir y rescatar lo que se había perdido. El está en el negocio de la regeneración y la redención. La Biblia en ninguna parte dice "ayudate que yo te ayudare". Eso es un mito muy sonado. Lo que si deice es "arrepientete y vuelve a mi y yo tendré compasión de ti". Hoy es el día de "encomendarse" a Dios, pero en humildad y en arrepentimiento.

miércoles, 25 de junio de 2008

Un Llamado al Arrepentimiento de Cd. Juárez (2a.Parte)

Este es un comentario que recibí de un amigo que se lo envió al editor de una revista para empresarios. Creí que pudiera ser interesante y edificante ponerlo en el blog ya que aborda nuestro tema desde una perspectiva mas intelectual. Puede ser útil para reenviarselo a alguien que no está viendo el problema desde un punto de vista religioso.

Apreciable amigo:

Te agradezco mucho el correo que me enviaras y en el que abordas, con base en dos correos recibidos por ti, la situación de nuestra ciudad. Coincido contigo en que fue y es lastimoso observar como el temor domina a muchos ciudadanos y que los temas diarios de conversación y de cadenas de correo electrónico versen sobre lo mismo. De pronto parece generarse un clamor que pide, exige, reclama, solicita vivir en paz… como si nada pasara…como si nada hubiera pasado. Supongo que la ciudad se revuelca en el lecho de una aparente pesadilla y quiere ser despertada. Lo malo es que no se trata de un sueño. ¿Existe alguna forma humana de enfrentar esta pesadilla real? No, no la hay.
Una de las tendencias que nos caracteriza como seres humanos es una convicción de omnipotencia. Ve tú a saber si proviene del Renacimiento, de la Ilustración, de la Revolución Francesa o de la lejana antigüedad (tan lejana como el Edén). Creemos que basta con que nos decidamos a modificar nuestro destino para que esto se haga. Se le atribuye a Goethe aquello de uno es el arquitecto de su propio destino. ¿Será entonces que Juárez ha sido arquitecto de su destino? En buena medida la ciudad ha sido beneficiaria del estado de cosas que ahora vive una crisis de continuidad. Por supuesto que esto debe verse con el aséptico lente de la macroeconomía porque los binoculares personalizados deforman al parcializarla la realidad juarense que además de los males también enfrenta acusadores.
No estoy de acuerdo en que deban ondearse argumentos de naturaleza económica, que llaman a que invirtamos o gastemos para “salvar” o “fortalecer” a Juárez. No, estimado amigo. Más que en pavor por un lado, o bien, en una aparente “normalidad” por el otro, la ciudad debe sumirse en una contrición verdadera en el terreno del espíritu. Mucho más allá de rituales semanales, cada uno de nosotros debe dirigir su mirada primero a Dios y luego a su propio interior para revisar su vida, valores y propósitos. Todo lo que pasa en la ciudad nos: preocupa, enoja, inquieta, atemoriza, indigna, exalta pero no nos duele, no nos quebranta. ¿Qué será de las familias de los policías asesinados? ¿Qué pasará con los hijos y las familias de los “levantados”, “encobijados”? ¿La ciudad necesita llevar un score de los muertos por minuto, por hora? ¿Necesitamos saber los mensajes con una ortografía y un léxico deleznables que se dirigen entre sí las bandas?
Apenas he sido salvado del laicismo en el que parece que la razón encuentra para todo una explicación idónea y que con un poco más de fósforo, la mente enhebra soluciones geniales. Todo lo que huela a espíritu es descartado porque se le asocia a la Edad Media o a costumbres de nuestros abuelos que nos parecen supersticiones…pero en el fondo creemos en ellas y nos da miedo que no nos protejan.
Necesitamos volvernos a Dios. ¿Cómo? Mediante el arrepentimiento, la contrición y la intercesión. Puede ser que para todo el mundo empresarial sean más conocidas la programación neurolinguística (PNL), la teoría sistémica o el balanced score card (BSC) pero la oración, la meditación, el ayuno y el estudio bíblico son también disciplinas que nos conducen a una transformación interior que se tiene que reflejar en el entorno. Son estas disciplinas las que nos permiten leer y entender el mensaje bíblico que aparece en varios libros, con miles de años de diferencia entre ellos, y en donde como una constante se describe como la humanidad, no obstante estar sometida a calamidades enviadas por Dios, se rehusó de una manera obstinada, a arrepentirse. Poco después del diluvio, los hombres envalentonados ya trabajaban en el escalamiento del cielo. En el libro de Apocalipsis se describe cómo Dios enviará centenares de miles de ángeles a dar muerte a un tercio de la humanidad y los dos tercios restantes rehusarán arrepentirse.
Leo en la prensa que quienes antes frecuentaban centros nocturnos en Juárez ahora prefieren ir al los de El Paso. ¿Lo normal sería que vuelva la juventud a los centros nocturnos de este lado? Ciudad Juárez necesita primero arrepentirse, esto es, salir de la “normalidad”. Le doy gracias a Dios por tu vida y por la carta que me has hecho llegar y que ha dado oportunidad de hacerte estos comentarios. Te saludo con aprecio.
Antonio C.

lunes, 23 de junio de 2008

Un Llamado al Arrepentimiento de Cd. Juárez

¿Puede Dios juzgar una ciudad?

Sodoma y Gomorra, Jericó, Samaria, Jerusalén, todas son ciudades que aparecen en la Biblia y que Dios juzgó. Las juzgó por su pecado y por rechazarlo a él. La pregunta que los juarenses deben hacerse es si esta ola de violencia que vive la ciudad la está permitiendo Dios como una forma de llamar a Juárez al arrepentimiento.

Hechos 17:30 Por tanto, habiendo pasado por alto los tiempos de ignorancia, Dios declara ahora a todos los hombres, en todas partes, que se arrepientan, 31 porque Él ha establecido un día en el cual juzgará al mundo en justicia, por medio de un Hombre a quien ha designado, habiendo presentado pruebas a todos los hombres al resucitarle de entre los muertos.

Sé que esto es un pensamiento controversial aún entre los Cristianos. No nos gusta pensar en Dios como un ser supremo con autoridad para juzgar y castigar a los pecadores. Todos queremos un Dios a quien podamos manejar o que se ajuste a nuestras expectativas, un Dios conforme a nuestro propio diseño. Pero ese no es el Dios que describen las Escrituras.

La Biblia nos revela a un Dios que es soberano sobre todas las cosas y que como creador del Universo, la tierra y el hombre tiene todo el derecho de establecer su Le. Su ley, que contiene sus mandatos y preceptos para el hombre, es santa y justa y muy digna de ser obedecida. Sin embargo, la Biblia también nos dice que el hombre por naturaleza se rebela contra esa ley divina, la rechaza y desobedece constantemente. Esto le hace digno de juicio y condenación de parte de su santo creador. Ese es el problema.

Pero, Dios que es bueno y abundante en su compasión, siendo el hombre culpable, ha provisto un medio para que haya una reconciliación. Una manera de que se sane la relación de enemistad entre Dios y el hombre. Ese medio es Jesús. La razón por la que Jesús vino es precisamente para solucionar el problema de la rebelión del hombre. Vino para hacerse responsable de esa rebelión humana. Vino para absorber el castigo que todos los hombres merecemos – la muerte. El la sufrió en carne propia para que entonces los hombres pudieran tener acceso al perdón de Dios.

Lucas 24:46 y les dijo: Así está escrito, que el Cristo padeciera y resucitara de entre los muertos al tercer día; 47 y que en su nombre se predicara el arrepentimiento para el perdón de los pecados a todas las naciones, comenzando desde Jerusalén.

Y ¿cómo se obtiene entonces el perdón de Dios? Por medio del arrepentimiento. La Biblia no solo nos revela en donde está el problema del hombre (en su rebelión contra la ley de Dios) sino que proclama las buenas noticias de la solución a ese problema (Jesús vino a preparar un acceso al perdón de Dios). Al morir Jesús obtiene la posibilidad del perdón para el hombre. Ahora todo el que desea obtener ese perdón puede clamar a él, invocando su misericordia y podrá obtenerlo. Pero la manera de clamar a Dios para obtener perdón es el arrepentimiento. Arrepentimiento significa que dejas atrás todo aquello de tu manera de vivir que ofende a Dios y te sometes a vivir conforme a su voluntad. Es “volverse” a Dios, o sea volverse de una vida ofensiva a Dios a una vida sometida a Dios.

Pero las buenas nuevas no terminan allí. El evangelio no solo incluye la posibilidad del perdón de Dios sino también la promesa de la vida eterna con él. Dios quiere perdonar al hombre para llevarlo hasta su presencia. Dios mismo es el fin del evangelio. Dios quiere perdonarnos para que estemos con él para siempre.

Romanos 6:22 Pero ahora, habiendo sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como resultado la vida eterna.

Entonces, el llamado al arrepentimiento no es una mala noticia, sino en realidad una bendición. Es el camino necesario para obtener las promesas de perdón y de vida de parte de Dios. Cuando Dios llama al arrepentimiento lo que desea es bendecir a la gente no destruirla. Si Dios está permitiendo que veamos toda esta violencia es para que volvamos nuestros ojos a él y reconozcamos que sin él estamos perdidos.

Cd. Juárez, voltea tus ojos a Jesús. Clama a él en arrepentimiento para el perdón de tus pecados. Si lo haces obtendrás el perdón y la vida eterna. Si lo haces, ¡obtendrás a Dios!

viernes, 20 de junio de 2008

Duelo con Ayuno y Oración

John Piper en su libro “Hambre por Dios” dice: Comer es bueno, Dios es mejor. Lo dice en referencia al ayuno. Describe el ayuno como la declaración periódica y a veces decisiva de que preferimos llenarnos de la mesa de Dios en el reino de los cielos que alimentarnos de las mejores delicias de este mundo. También dice que el ayuno es una manera en que se nos revela personalmente, y a la vez se le declara a Dios, lo que hay en nuestros corazones. En otras palabras, por medio del ayuno podemos darnos cuenta lo que realmente queremos, pero aún más importante, le declaramos a Dios lo que realmente deseamos en nuestro corazón. Esto le recordó Jesús al diablo cuando fue tentado durante su ayuno de 40 días. Citó Deuteronomio 8 que hace referencia a la manera en que Dios probó a su pueblo en el desierto. Dios quería que aprendieran que su Dios debía ser más importante para ellos que la misma comida:

Deuteronomio 8:2 Y te acordarás de todo el camino por donde el SEÑOR tu Dios te ha traído por el desierto durante estos cuarenta años, para humillarte, probándote, a fin de saber lo que había en tu corazón, si guardarías o no sus mandamientos. 3 Y te humilló, y te dejó tener hambre, y te alimentó con el maná que no conocías, ni tus padres habían conocido, para hacerte entender que el hombre no sólo vive de pan, sino que vive de todo lo que procede de la boca del SEÑOR.

Creo que el llamado a hacer Duelo y a levantar nuestro clamor por nuestra ciudad debe incluir ayuno. ¿Qué es más importante para la iglesia de Cd. Juárez en estos días de violencia? Por medio del ayuno estamos declarando a la iglesia, al mundo y a nuestro Señor que lo necesitamos a El mas que la misma comida. Que tenemos hambre de su presencia y justicia en nuestra tierra. Que anhelamos ver su rostro brillar sobre nuestras vidas. Que buscamos su bendición y favor y que preferimos todo esto por encima de los mismos alimentos cotidianos.

Creemos que este es un tiempo de crisis extraordinaria. Creo que muchos estarán de acuerdo que la situación de nuestra ciudad y País es muy grave. No podemos considerar normal o pasajero el hecho que en menos de 6 meses han sido asesinadas mas de 500 personas en Cd. Juárez, algunas de ellas víctimas inocentes de una guerra sin sentido entre sicarios. Creo que Dios espera que nuestra oración sea entonces extraordinaria. Que no solo sea un clamor temporal o esporádico, sino una declaración significativa de lo que hay en nuestro corazón.

Esa declaración debe levantarse a Dios con un ayuno que exclame: ¡Señor, no tenemos esperanza si tú no nos escuchas! ¡Señor rehusamos comer porque lo que mas anhelamos es que tu satisfagas nuestra hambre de ti!

En la Iglesia Gracia Soberana de Cd. Juárez hemos convocado a un duelo con clamor y ayuno durante 40 días. Desde este pasado miércoles 18 diariamente habrá personas orando, confesando sus pecados y los pecados de nuestra ciudad y clamando en intercesión a Dios por su perdón y misericordia sobre nuestra ciudad y país. Invito a todos los Cristianos de Cd. Juárez a que se organicen en sus iglesias y que tratemos de hacer una cadena de iglesias que continuemos con ese clamor continuamente hasta que nuestro Dios nos visite y derrame su bendición sobre nuestra ciudad.

martes, 17 de junio de 2008

Duelo por el Pecado de Juárez

Después de que la iglesia confiese y se arrepienta por sus pecados, debe confesar los pecados de su ciudad. Como juarenses y mexicanos podemos identificarnos con los pecados de nuestros conciudadanos. Si Dios emite un juicio contra México, los Cristianos mexicanos podemos interceder por nuestros compatriotas. Pero, debemos hacerlo reconociendo que como Nación y ciudad hemos ofendido a Dios. Es mucho el pecado del que somos culpables los mexicanos. Es mucho el pecado de nuestra ciudad que agravia profundamente a nuestro santo Dios. Veamos cuidadosamente la oración de Daniel:

Daniel 9:3 Volví mi rostro a Dios el Señor para buscarle en oración y súplicas, en ayuno, cilicio y ceniza. 4 Y oré al SEÑOR mi Dios e hice confesión y dije: Ay, Señor, el Dios grande y temible, que guarda el pacto y la misericordia para los que le aman y guardan sus mandamientos ,5hemos pecado, hemos cometido iniquidad, hemos hecho lo malo, nos hemos rebelado y nos hemos apartado de tus mandamientos y de tus ordenanzas. 6 No hemos escuchado a tus siervos los profetas que hablaron en tu nombre a nuestros reyes, a nuestros príncipes, a nuestros padres y a todo el pueblo de la tierra. 7 Tuya es la justicia, oh Señor, y nuestra la vergüenza en el rostro, como sucede hoy a los hombres de Judá, a los habitantes de Jerusalén y a todo Israel, a los que están cerca y a los que están lejos en todos los países adonde los has echado, a causa de las infidelidades que cometieron contra ti. 8 Oh SEÑOR, nuestra es la vergüenza del rostro, y de nuestros reyes, de nuestros príncipes y de nuestros padres, porque hemos pecado contra ti. 9 Al Señor nuestro Dios pertenece la compasión y el perdón, porque nos hemos rebelado contra Él, 10 y no hemos obedecido la voz del SEÑOR nuestro Dios para andar en sus enseñanzas, que Él puso delante de nosotros por medio de sus siervos los profetas.

Daniel ora en duelo y hace confesión de los pecados de su pueblo, de sus gobernantes, de sus padres, y de todos los pueblos de la tierra, de los que están cerca y de los que están lejos. Su confesión es amplia porque el juicio de Dios había sido severo. Su corazón es reconocer los pecados aún de aquellos que estaban lejos de Jerusalén. Dios había sido ofendido y Daniel demuestra un gran celo en reconocer esa ofensa. Nosotros debemos tener ese mismo celo por la santidad de nuestro Dios.

¿Acaso no ofende a Dios la proliferación de antros de vicio, prostíbulos y moteles de paso? ¿Acaso no le ofende que algunos de esos establecimientos pertenecen a hombres de posición social que deberían ser líderes de nuestra comunidad? ¿Acaso no ofende a nuestro Dios que haya un desacato general de la ley y que prolifere el robo, la extorsión y el fraude? ¿Acaso no ofende a Dios la corrupción en algunos representantes de las autoridades, o en algunos empresarios voraces? ¿Y qué del abuso y la violencia en el hogar? ¿Y qué de la violencia sexual y la pornografía hasta en los periódicos? ¿Y qué de la falta de temor de Dios y la idolatría que hace ídolos hasta de artistas inmorales? Todo esto ofende gravemente a nuestro Dios. Creo que es tiempo que nos ofenda y duela también a toda la iglesia.

Pero la oración de Daniel no se limita solo a confesión, sino a una petición de misericordia y perdón. Reconoce que la vergüenza por sus pecados les pertenece. Esto es, se sabe merecedor del castigo justo de Dios. Pero también dice que al señor le pertenece la compasión y el perdón. Mas adelante lo repite con más claridad:

Daniel 9:17 Y ahora, Dios nuestro, escucha la oración de tu siervo y sus súplicas, y haz resplandecer tu rostro sobre tu santuario desolado, por amor de ti mismo, oh Señor. 18 Inclina tu oído, Dios mío, y escucha. Abre tus ojos y mira nuestras desolaciones y la ciudad sobre la cual se invoca tu nombre; pues no es por nuestros propios méritos que presentamos nuestras súplicas delante de ti, sino por tu gran compasión. 19 ¡Oh Señor, escucha! ¡Señor, perdona! ¡Señor, atiende y actúa! ¡No tardes, por amor de ti mismo, Dios mío! Porque tu nombre se invoca sobre tu ciudad y sobre tu pueblo.

Sólo a Dios le pertenece el tener compasión de un pueblo culpable. No le pide misericordia porque se lo merezcan, sino porque está apelando solo a la compasión de Dios. Está apelando al amor que Dios mismo tiene por su nombre, y su nombre es “Clemente y Compasivo”. Nosotros podemos entonces clamar a Dios confesando los pecados de nuestra ciudad y pedirle ¡Oh Señor, escucha! ¡Señor, perdona! ¡Señor, atiende y actúa! ¡No tardes, por amor de ti mismo, Dios mío! ¡Ten compasión de un pueblo que no te busca! ¡Ten misericordia de una ciudad que te ha ofendido grandemente! Cd. Juárez no merece tu compasión, pero te pedimos que tú que eres un Dios de infinita misericordia actúes conforme a eso y extiendas bondad a una ciudad que te ha ofendido tanto durante tanto tiempo.

¿Nos escuchará nuestro Señor? ¿Atenderá nuestro clamor? Nuestra esperanza está bien fundamentada. Pues si tuvo misericordia de nosotros que también éramos grandes pecadores, puede tener misericordia de un Cd. Juárez pecador.

El Duelo empieza con el arrepentimiento de la Iglesia

¿Podemos esperar que la gente de Cd. Juárez volteé sus ojos al cielo y clame a Dios en arrepentimiento por salvación? La Biblia nos dice que la gente que no conoce a Cristo está ciega a su verdadera necesidad y que fuera de la gracia que Dios mismo les de, no lo buscarán (Romanos 3:9-11; 2Corintios 4:3-4). Pero si debemos esperar que la Iglesia se mantenga en una actitud de humilde sumisión a su Señor. La Iglesia si debe procurar el rostro de su Dios para indagar las razones de su juicio sobre nuestra ciudad.

¿Y que si nuestro Dios nos dice que está permitiendo esta guerra violenta debido a la abundancia de avaricia y codicia, de inmoralidad y odio que hay en Cd. Juárez y todo México? ¿Puede la Iglesia en integridad dolerse por esos pecados en nuestro País sin primero dolerse por la presencia de esos mismos pecados dentro de sí misma? Claro que no, la iglesia debe reconocer y confesar sus propios pecados primero y así poder después honestamente reconocer los pecados de nuestra comunidad (Mateo 7:1-5; 1Pedro 4:17). Este orden de confesión lo vemos en el ejemplo de Nehemías y también en este pasaje de Daniel:

Daniel 9:13 Como está escrito en la ley de Moisés, toda esta calamidad ha venido sobre nosotros, pero no hemos buscado el favor del SEÑOR nuestro Dios, apartándonos de nuestra iniquidad y prestando atención a tu verdad. 14 Por tanto, el SEÑOR ha estado guardando esta calamidad y la ha traído sobre nosotros; porque el SEÑOR nuestro Dios es justo en todas las obras que ha hecho, pero nosotros no hemos obedecido su voz. 15 Y ahora, Señor Dios nuestro, que sacaste a tu pueblo de la tierra de Egipto con mano poderosa, y te has hecho un nombre, como hoy se ve, hemos pecado, hemos sido malos. 16 Oh Señor, conforme a todos tus actos de justicia, apártese ahora tu ira y tu furor de tu ciudad, Jerusalén, tu santo monte; porque a causa de nuestros pecados y de las iniquidades de nuestros padres, Jerusalén y tu pueblo son el oprobio de todos los que nos rodean.

Daniel, como Nehemías, voltea en intercesión a Dios ante la noticia del mal que ha venido sobre su ciudad amada. Pero, lo primero que hace es reconocer los propios pecados de su pueblo. Primero reconoce que no han buscado el favor de su Dios. Nosotros los Cristianos de Juárez podemos ser culpables de lo mismo. Ante esta situación no hemos buscado el favor de nuestro Dios. En este llamado al duelo por Ciudad Juárez debemos arrepentirnos por nuestra indolencia y desinterés por nuestra ciudad y buscar intensamente el favor de nuestro Dios sobre nosotros y nuestra ciudad.

Pero Daniel dice una cosa muy interesante, liga el buscar el favor de Dios con el apartarse de su iniquidad. O sea que la manera de buscar el favor de Dios empieza con el buscar apartarse de nuestra propia iniquidad. Así es como debe permanecer la iglesia, buscando el favor de Dios pero “prestando atención” a su verdad para ver de qué forma no nos hemos apartado de nuestra propia iniquidad.

Si Dios está juzgando la codicia y avaricia de nuestro pueblo que con tal de controlar el lucrativo tráfico de drogas se enfrasca en una guerra a muerte contra los rivales. O una codicia que le lleva a las autoridades a corromperse por fuertes sumas de dinero. O una codicia y avaricia que hace que muchas empresas crezcan y prosperen beneficiándose con el caudal de dinero del narcotráfico que inunda nuestra ciudad. ¿Acaso no juzgará también la codicia y avaricia de su propio pueblo que corre a edificar sus propias casas mientras que la casa del Señor permanece en ruinas? (Hageo 1:4; Nehemias 13:11-12).

El amor al dinero es un mal que invade no solo al mundo caído, sino a la iglesia también. Así es con todo el pecado. La raíz de cada pecado en nuestra sociedad radica aún en los corazones de los Cristianos y tiene el potencial de salir y contaminar a la iglesia si no permanecemos en una actitud de velar contra ellos. Por ejemplo Jesús nos enseña que el odio entre hermanos equivale al homicidio, que la lujuria equivale al adulterio y que la rebelión equivale a hechicería. (Mateo 6:21-32) Estaba hablando de que los pecados tienen las mismas raíces. El que mata lo hace por odio y en la iglesia puede encontrarse mucho odio. Juicio, y rencor.

Por lo tanto hermanos, lo primero que debemos hacer para hacer duelo y clamar a Dios por nuestra ciudad, es hacer duelo por nuestros propios pecados. Que nos duela que hemos ofendido a nuestro Salvador que dio su vida por nosotros en la cruz. El pagó por nuestros odios y lujurias con su propia sangre. Eso debe dolernos. Acerquémonos en intercesión pero en una actitud de confesión y arrepentimiento por nuestros propios pecados.

domingo, 15 de junio de 2008

Un Llamado a hacer duelo por Juárez

En estos días he estado meditando acerca de la perspectiva que Dios ha de tener sobre la situación en nuestra ciudad. El está permitiendo que Satanás traiga muerte por todos lados. Muchos han muerto y no parece haber solución. La gente está angustiada y temerosa, se habla que la ciudad está en una psicosis. ¿Qué espera Dios de los pobladores de Cd. Juárez? ¿Cómo espera Él que responda la ciudad ante todo esto? Creo que es obvio que Dios espera una ciudad que volteé a él en arrepentimiento y clamor.

Por lo que leo en la Escritura, Dios a veces permite y decreta tiempos de dificultad y dolor para el mundo. Esto lo hace para corregir a los hombres de su pecado y para motivarlos a que se arrepientan y se vuelvan a él. El siempre está esperando para responder cuando la gente clama a él con un corazón humilde, buscando su perdón y su salvación. Pero ¿está Juárez volteando hacia Dios y buscando su perdón y ayuda? ¿Están sus pobladores cada vez mas conscientes que solo Dios puede liberarlos de toda esta violencia? Creo que muchos han de creer que Dios puede ayudarnos y librarnos de este mal, pero ¿Pensará Cd. Juárez que tal vez esto está sucediendo para conducirnos hacia el arrepentimiento de nuestros muchos pecados? Miren lo que decía el profeta Jeremías durante uno de esos tiempos en los que Dios castigó a su pueblo con calamidad:

Jeremías 5:1 Recorred las calles de Jerusalén, y mirad ahora, e informaos; buscad en sus plazas, a ver si halláis algún hombre, si hay quien haga justicia, que busque la verdad, y yo la perdonaré. 2 Pues aunque digan: "Vive el SEÑOR", de cierto juran falsamente. 3 Oh, SEÑOR, ¿no buscan tus ojos la verdad? Tú los heriste, mas no les dolió; tú los consumiste, mas ellos rehusaron recibir corrección. Endurecieron sus rostros más que la roca, rehusaron arrepentirse.

Lo asombroso es que a pesar de que el Señor estaba “hiriendo” a su gente a ellos no les dolió y ellos rehusaron arrepentirse. Se negaron a humillarse delante del Señor. El Señor reta a Jeremías a buscar a alguien que lo esté buscando para que El lo perdone. ¿Podrá llegar a ser el caso de Cd. Juárez, que Dios nos hiera pero que no nos duela y que rehusemos arrepentirnos? Aunque la gente de Juárez no le duela a la iglesia le debe doler. Aunque la gente de Juárez no se arrepienta, la iglesia debe arrepentirse. En otras palabras, la iglesia no debe quedarse quieta ante esta situación, no debe ser “indolente”, sino “doliente”. La iglesia debe hacer duelo.

Veamos el ejemplo de Nehemías cuando se enteró del estado deplorable de Jerusalén. Se sentó, lloró e hizo duelo:.

Nehemías 1:4 Y cuando oí estas palabras, me senté y lloré, e hice duelo algunos días, y estuve ayunando y orando delante del Dios del cielo. 5 Y dije: Te ruego, oh SEÑOR, Dios del cielo, el grande y temible Dios, que guarda el pacto y la misericordia para con aquellos que le aman y guardan sus mandamientos, 6 que estén atentos tus oídos y abiertos tus ojos para oír la oración de tu siervo, que yo hago ahora delante de ti día y noche por los hijos de Israel tus siervos, confesando los pecados que los hijos de Israel hemos cometido contra ti; sí, yo y la casa de mi padre hemos pecado. 7 Hemos procedido perversamente contra ti y no hemos guardado los mandamientos, ni los estatutos, ni las ordenanzas que mandaste a tu siervo Moisés

Hacer duelo significa que intencionalmente buscas que te duela algo. Cuando a un amigo se le muere un ser querido corres a hacer duelo con él. Quieres que te duela su pérdida. Te dueles junto con él. Intencionalmente buscas ese dolor, no tanto porque fue tú pérdida, sino porque por amor a tu amigo quieres identificarte con su dolor. La iglesia debe hacer duelo por su ciudad. Aunque no hayas experimentado la pérdida de un ser querido, puedes identificarte con el dolor de nuestra gente.

Además, Nehemías se dolió porque se dio cuenta que el dolor que experimentaba Jerusalén era la consecuencia del pecado de ese pueblo. Por lo tanto, el duelo de Nehemías era no solo por el estado devastado de Jerusalén, sino porque Dios había sido agraviado y había mandado esa devastación. El duelo era por el pecado y sus consecuencias. Este es el tipo de duelo que la iglesia de Cd. Juárez debe sentir. Nuestra ciudad ha ofendido a Dios por muchos años y ahora Dios ha permitido que recojamos las consecuencias de haber tolerado y participado de tanto pecado.

Quiero hacer un llamado a todos los Cristianos de Cd. Juárez, hagamos duelo por nuestra ciudad. Busquemos intencionalmente que nos duela el estado de nuestra ciudad. Que le demos instrucciones a nuestro corazón para que el agravio del Señor y sus consecuencias nos afecte profundamente y nos lleve a hacer duelo.

martes, 10 de junio de 2008

La Verdadera Guerra Espiritual (tercera parte)

Velad en Oración y Súplica

Efesios 6:18 Con toda oración y súplica orad en todo tiempo en el Espíritu, y así, velad con toda perseverancia y súplica por todos los santos

La tercer cosa que aprendemos de este pasaje en el libro de Efesios sobre la Guerra Espiritual es que debemos velar en oración y súplica por todos los santos, esto es por la iglesia. No hay guerra espiritual sin fe, no hay guerra espiritual sin perseverancia y no hay guerra espiritual sin oración por la iglesia.

Esta oración debe hacerse constantemente, pues dice que debe ser en todo tiempo. Esto también se implica porque nos dice que debemos estar velando. O sea no dormidos ni cansados, sino velando perseverantes por la iglesia. No podemos desistir de velar, de permanecer vigilantes. Esta es una de las razones por la que existe este blog. Para animar a la iglesia a que permanezca vigilante en estos tiempos difíciles.

Algunos piensan que la guerra espiritual es venir en contra del diablo. Lo cual es cierto hasta un punto. Pero la guerra espiritual empieza resistiendo al diablo permaneciendo firmes y velando por la iglesia en intercesión. Si el objetivo del enemigo es hacer que la iglesia desista y retroceda, entonces la guerra consiste en saber cómo resistir sus embates diabólicos permaneciendo firmes ante ellos.

Una de las maneras en que podemos resistir es orando en intercesión por los santos. Orando para que sus fuerzas no desfallezcan. Orando como Cristo oró para que no caigan en manos del maligno ni en sus tentaciones. Orando para que sean guardados como hemos dicho anteriormente en este blog.

También como Pablo, podemos orar para que la iglesia pueda comunicar efectivamente el evangelio y poderlo hacer con valor y denuedo:

Efesios 6:19 y orad por mí, para que me sea dada palabra al abrir mi boca, a fin de dar a conocer sin temor el misterio del evangelio, 20 por el cual soy embajador en cadenas; que al proclamarlo hable con denuedo, como debo hablar.

Hermanos, en estos tiempos en que la ciudad se sacude con violencia y crimen y cada día nos enteramos de mas muerte y de mas tragedias, necesitamos velar cada uno de nosotros en oración. No dejar de orar, más bien hacerlo constantemente. Cuando vayas por las calles a tu trabajo, ora. Cuando veas un agente o una patrulla en la calle, ora. Cuando veas niños correr en la escuela, ora. Cuando vayas de compras al mercado, ora. Ora por la iglesia para que sea preservada en poder y fortaleza y ora para que le sean dadas palabras para esta ciudad que tanto necesita conocer el evangelio de Jesucristo.

La Verdadera Guerra Espiritual (segunda parte)

Estad Firmes

Efesios 6:13 Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiéndolo hecho todo, estar firmes. 14 Estad, pues, firmes,…

La segunda cosa que aprendemos de este pasaje es que dos veces repite que el objetivo de la guerra espiritual es que permanezcamos firmes. Debemos estar revestidos de la armadura de Dios para ¡ESTAR FIRMES! Esto quiere decir que el objetivo del enemigo es precisamente hacernos retroceder, hacernos tropezar o hacernos caer, o sea, todo lo contrario a estar firmes en Cristo.

Estar firmes significa que seguimos en la fe, permanecemos inconmovibles ante los embates de las circunstancias. No nos echamos hacia atrás ni huimos a escondernos cuando las cosas se ponen difíciles. Mas bien, permanecemos firmes en paciencia perseverando en fe, como dice el libro de Hebreos, esperando a aquel que muy pronto habrá de venir:

Hebreos 10:36 Porque tenéis necesidad de paciencia, para que cuando hayáis hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa. 37 PORQUE DENTRO DE MUY POCO TIEMPO, EL QUE HA DE VENIR VENDRÁ Y NO TARDARÁ. 38 MAS MI JUSTO VIVIRÁ POR LA FE; Y SI RETROCEDE, MI ALMA NO SE COMPLACERÁ EN ÉL. 39 Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para la preservación del alma.

No podemos agradar a Dios sin fe, y no podemos agradar a Dios si retrocedemos. Retroceder significa que volvemos hacia atrás. A una vida sin fe y sin Cristo. En estos tiempos en que somos tentados a volver atrás a una vida de temor, sin esperanza, sin paz, como si no estuviera Cristo con nosotros. Los Cristianos debemos permanecer en la fe de que Cristo está siempre con nosotros. El fue quien nos prometió que nunca nos dejaría ni nos desampararía.

Hebreos 13:5b …porque Él mismo ha dicho: NUNCA TE DEJARÉ NI TE DESAMPARARÉ

Entonces, permanecer en fe significa que vivimos a la luz de esa verdad, confiando en su fidelidad y en sus promesas.
Estar firmes también significa que no renunciamos, que no nos cansamos de perseverar, que no abandonamos nuestro lugar. Como el soldado que permanece en su puesto firme aunque las cosas se pongan duras a su alrededor. No dudo que algunos estarán tentados a renunciar a esa postura, que quieran correr a refugiarse en la seguridad que el mundo ofrece. Pero Dios nos prohíbe que busquemos refugio y protección en el mundo, pues esto consiste en confiar en el hombre más que en Dios:

Isaías 30:1 ¡Ay de los hijos rebeldes -- declara el SEÑOR -- que ejecutan planes, pero no los míos, y hacen alianza, pero no según mi Espíritu, para añadir pecado sobre pecado! 2 Los que descienden a Egipto sin consultarme, para refugiarse al amparo de Faraón, y buscar abrigo a la sombra de Egipto. 3 El amparo de Faraón será vuestra vergüenza, y el abrigo a la sombra de Egipto, vuestra humillación. 4 Porque sus príncipes están en Zoán, y sus embajadores llegan a Hanes. 5 Todos se avergonzarán a causa de un pueblo que no les trae provecho, no les sirve de ayuda ni de utilidad, sino de vergüenza y también de oprobio.

Jeremías 17:5 Así dice el SEÑOR: Maldito el hombre que en el hombre confía, y hace de la carne su fortaleza, y del SEÑOR se aparta su corazón.

Nosotros, entonces debemos revestirnos de Cristo y permanecer firmes, sin retrocesos, sin renuncias, sin desanimarnos. Esto es, sin desistir de confiar en Cristo, de esperar en él, de refugiarnos en él. NO desistimos, NO renunciamos, No retrocedemos. Esa es la guerra espiritual.

viernes, 6 de junio de 2008

La Verdadera Guerra Espiritual (primera parte)

Revestidos con toda la armadura de Dios
Con motivo del evento de Oración de la Mega-Bandera de este fin de semana me permito presentarles lo que considero son algunos de los principios bíblicos básicos de la Guerra Espiritual.
En estos últimos años el tema de la guerra espiritual se ha convertido en algo muy popular y desafortunadamente también algo que en algunas instancias se ha desarrollado sin un sólido fundamento bíblico. Siempre debemos asegurarnos que toda nuestra práctica y metodología haya surgido y este regida por la Escritura. No pretendo abarcar todas las cosas que se han dicho o escrito sobre este tema. Ni tampoco exponer este pasaje en su plenitud. Solo quisiera recordarles algunos de los principios que aquí se mencionan para poder orar de una manera efectiva en estos tiempos en que definitivamente Satanás está gozando con la muerte violenta de tantas personas. Veamos lo que dice el pasaje clásico que enseña sobre este tema:

Efesios 6:11 Revestíos con toda la armadura de Dios para que podáis estar firmes contra las insidias del diablo. 12 Porque nuestra lucha no es contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los poderes de este mundo de tinieblas, contra las huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. 13 Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiéndolo hecho todo, estar firmes. 14 Estad, pues, firmes, CEÑIDA VUESTRA CINTURA CON LA VERDAD, REVESTIDOS CON LA CORAZA DE LA JUSTICIA, 15 y calzados LOS PIES CON EL APRESTO DEL EVANGELIO DE LA PAZ; 16 en todo, tomando el escudo de la fe con el que podréis apagar todos los dardos encendidos del maligno. 17 Tomad también el YELMO DE LA SALVACIÓN, y la espada del Espíritu que es la palabra de Dios. 18 Con toda oración y súplica orad en todo tiempo en el Espíritu, y así, velad con toda perseverancia y súplica por todos los santos;

Primero, en este pasaje podemos darnos cuenta que estamos llamados por Dios a hacer una lucha contra el diablo y sus huestes de maldad y permanecer firmes en ella. Es una lucha espiritual, no una lucha carnal. Pero que nos quede claro, SI hay una lucha.

Segundo, esa lucha empieza de manera personal en nuestra postura delante de Cristo. Podemos resumir en tres partes principales la manera de llevar a cabo esa lucha espiritual: 1) Revistiéndonos de la armadura de Dios, 2) Estando firmes y 3) Velando en oración y súplica por la iglesia. Veamos cada uno de esas partes.

Revestirnos de toda la armadura de Dios. La armadura consiste en la Verdad, la justicia, el evangelio, la fe, la salvación y la palabra de Dios. Como podemos ver todas estas partes de la armadura que nos protege del enemigo y nos ayuda a resistir en el día malo están íntimamente entrelazadas y radican en Cristo Jesús. Podemos decir que equivale a decirnos que nos revistamos de Cristo, de su verdad, de su piedad (justicia) y de su palabra. También equivale a que se nos diga que pongamos toda nuestra confianza (fe) en Cristo Jesús y en lo que él logró por nosotros en la salvación. En otras palabras, no se nos está revelando un secreto espiritual oculto o especial, sino recordando todas aquellas cosas que las Escrituras nos enseñan acerca del evangelio, de Jesús nuestra justificación y de toda la verdad de la Palabra de Dios.
La guerra espiritual es una guerra que se lucha con la verdad y Cristo es la verdad, su palabra es verdad, el evangelio es verdad. Para luchar efectivamente necesitamos conocer la verdad y dejar que esa verdad nos guie y santifique. Se resiste la guerra espiritual estando firmes y seguros en la justicia de Cristo (somos declarados justos delante de Dios) que se nos ha imputado por los méritos de Cristo. El toma nuestro pecado y nosotros recibimos su justicia. El divino intercambio que nos hace justos delante de Dios, por lo que no hay ahora condenación o acusación que se pueda lanzar en nuestra contra.

Se lucha la guerra espiritual con el conocimiento de la verdad del evangelio que nos dice que Cristo vino para rescatarnos y llevarnos a Dios. Que su propósito no puede ser impedido y que él terminará la obra que empezó en nosotros. Todo esto es importante porque el enemigo ataca al Cristiano con acusación y mentiras acerca de nuestra aceptación delante de Dios. Nos dice que no somos buenos Cristianos, que Dios no nos oye porque está desilusionado con nosotros, que no tenemos remedio, que necesitamos ganarnos el afecto de Dios, que no hacemos lo suficiente, que hemos fracasado. Nos acusa para que pongamos nuestros ojos en nosotros mismos en lugar de en aquel en quien está toda nuestra esperanza.

También se lucha en la verdad de Su Palabra. Toda su palabra es verdad y en toda ella podemos confiar. Nuestra fe debe estar firme en la verdad revelada en las Escrituras. Fe en Cristo, Fe en lo que ya hizo por nosotros y en nosotros, fe también en lo que nos promete que hará.

El revestirnos de toda la armadura de Dios significa que estás seguro, confiado, apoyado totalmente en fe en las verdades del evangelio, en quien es Cristo y en lo que él logró para nosotros en la cruz. Somos salvos de la ira de Dios, somos justificados de nuestros pecados y declarados justos delante de él. Ya no somos sus enemigos, sino adoptados como sus hijos; nuestro destino es ser llevados ante Dios para gozar de su presencia para siempre. Si no hemos creído estas verdades o flaqueamos en ellas, Satanás nos hará tambalear y caer.

Hermanos, en estos tiempos difíciles de lucha espiritual, necesitamos repasar las verdades del evangelio y estar seguros que todos estamos en una fe total descansando en los méritos y promesas de nuestro Señor Jesucristo .

jueves, 5 de junio de 2008

Evento de Oración en la Megabandera

¡Participemos de la Vigilia de Oración en Unidad en la Megabandera!
Desde el Viernes 6 de junio a las 8:00 pm hasta el Sábdo 7 de junio a las 9:00 pm.


Hermanos, les quiero animar a que participemos del evento de oración que se va a estar llevando a cabo en la Magabandera este fin de semana. Serán 24 horas de intercesión por la paz de nuestra ciudad. Aunque habrá un programa corrido a partir de las 8:00 pm del viernes, y pueden participar a cualquier hora que puedan, quiero recomendarles que de serles posible, traten de estar en particular a ciertas horas:

Viernes 6, 8:00 pm – Para la apertura
Viernes, medianoche – Humillación delante de Dios de todas las Iglesias
Sábado 7, 12:00 pm (mediodía) – Oración por las familias de los policías asesinados
Sábado 2:30 pm – Oración por el cese de la violencia
Sábado 8:00 pm - Cierre

Esta será una excelente oportunidad para poner en práctica lo que se ha estado publicando en este blog y bendecir a nuestra ciudad orando por su paz, intercediendo por sus habitantes y pidiendo el derramamiento del poder y la gracia de Dios sobre toda la iglesia de esta ciudad.

miércoles, 4 de junio de 2008

¿Cómo Debemos Orar? (Cuarta parte)

Debemos Orar por la Iglesia
Cuando Jesús se preparaba para morir y partir de este mundo oro por la pequeña iglesia que dejaba. Oro por sus discípulos a quienes les iba a encomendar que fueran por el mundo llevando el glorioso mensaje del evangelio. Jesús oró por varias cosas específicas:

Juan 17:14 Yo les he dado tu palabra y el mundo los ha odiado, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. 15 No te ruego que los saques del mundo, sino que los guardes del maligno. 16 Ellos no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. 17 Santifícalos en la verdad; tu palabra es verdad. 18 Como tú me enviaste al mundo, yo también los he enviado al mundo. 19 Y por ellos yo me santifico, para que ellos también sean santificados en la verdad. 20 Mas no ruego sólo por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, 21 para que todos sean uno. Como tú, oh Padre, estás en mí y yo en ti, que también ellos estén en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste.

Primero, oró para que fueran guardados del maligno. Necesitamos orar para que Dios proteja a la iglesia del ataque destructivo de Satanás. Es él quien desea que la iglesia fracase en su cometido. Es él quien quiere amedrentar a la iglesia en temor. Es él quien quiere que tengamos miedo de predicar el evangelio. Es él quien quiere traer división entre los cristianos. Es él quien quiere que nos mantengamos distraídos en nuestras pequeñeces, juzgándonos unos a otros y llenándonos de amarguras contaminantes. Satanás quiere una iglesia infructuosa, inepta e inefectiva. Nosotros debemos orar para que suceda todo lo contrario y que en este tiempo de necesidad en nuestra ciudad la iglesia brille en todo su esplendor y sea verdaderamente “la casa de la gloria de Dios” (Isa 60:7)

Segundo, oró para que fueran santificados por la palabra de Dios. Debemos orar para que en estos días la iglesia sea santificada. Que en lugar de que esté batallando con las ataduras del pecado, camine en gloriosa libertad avanzando en contra de las fuerzas del pecado y del mal. Que haya una nueva pasión por aplicar la Palabra de Dios en la vida de los creyentes de tal forma que la iglesia despida ese hermoso aroma de la santidad que glorifica a su Dios y que tanto atrae al mundo. El diablo quiere que caigamos en pecado y que de esa forma nos hagamos inútiles. El sabe que una iglesia llena de pecado carece de un testimonio contundente y se aletarga con un sentido de culpabilidad e indignidad. Es él quien se encarga de inspirar condenación en la iglesia y de señalarle que no sirve para nada. Estos deben ser tiempos en que brillen las buenas obras de la iglesia para que el mundo las vea y glorifique a Dios (Mat 5:16; 1Ped 2:12).

Tercero, oró para que permanecieran en unidad. Nosotros también necesitamos orar para permanecer en esa unidad y no caer en la crítica, la ofensa, la murmuración, los celos y todas esas cosas que nacen en nuestras pasiones de la carne y que provocan la división en la iglesia. Qué hermoso sería que Dios usara este clima de terror en la ciudad para provocar una nueva y mayor unidad en la iglesia cristiana de Cd. Juárez. Ahora no son tiempos de estar señalando los errores o carencias de otros o de guardar rencores y juicios contra otros cristianos. Ahora debemos orar como Jesús y pedirle a Dios que nos ayude a permanecer en un espíritu de unidad junto con todos los que declaran a Jesús como Salvador y Señor de sus vidas. Los mas tremendo de esa oración es que esa unidad servirá de testimonio al mundo de que somos discípulos de Jesús.

En la iglesia de Jesucristo está depositada la verdad del evangelio. Por lo tanto debemos orar para que Dios use la iglesia en estos tiempos con gran poder. Para que la iglesia se convierta en una fuente de luz y esperanza para la ciudad. Debemos orar que Dios le abra oportunidad a la iglesia y salga a predicar el evangelio con todo valor. Debemos orar como los primeros Cristianos para que Dios respalde a su iglesia con señales y prodigios y que en estos tiempos de peligro la iglesia experimente un avivamiento poderoso.

Hechos 4:29 Y ahora, Señor, considera sus amenazas, y permite que tus siervos hablen tu palabra con toda confianza, 30 mientras extiendes tu mano para que se hagan curaciones, señales y prodigios mediante el nombre de tu santo siervo Jesús. 31 Después que oraron, el lugar donde estaban reunidos tembló, y todos fueron llenos del Espíritu Santo y hablaban la palabra de Dios con valor.

Por último, debemos orar por los pastores y líderes de las diversas iglesias en nuestra ciudad para que sepan cómo dirigir a sus congregaciones ayudándoles a que respondan con valor y fe en medio de esta situación y puedan ayudar a la gente desconcertada y aterrorizada. Debemos orar para que puedan predicar la verdad con todo poder y haya como fruto que todas las iglesias sean llenas de personas refugiándose en Cristo poniendo toda su esperanza solo en El y en su gran bondad.

¡Hermanos, hoy mas que nunca debemos orar por la Iglesia!

martes, 3 de junio de 2008

¿Cómo Debemos Orar? (Tercera parte)

Debemos orar por las Autoridades
Parece ser que una de las estrategias de los carteles es crear un pánico entre la ciudadanía. Los ahora famosos narco-mensajes continúan circulando; ahora han amenazado a empresarios con matarlos si no pagan una cuota de protección. Aunque esta ha sido una estrategia común de la mafia organizada en todo el mundo, lo que aquí nos afecta más, es que aparentemente no hay a quien recurrir por protección.
Uno de los factores que están contribuyendo a ese pánico comunitario es el hecho que las amenazas y los actos delictivos de las mafias locales no solo retan abiertamente a sus enemigos, sino principalmente a las autoridades. Ante los ojos del público los malhechores parecen impunes e invencibles. Además, el hecho que hayan asesinado a varios agentes policiacos pone en duda si realmente se puede confiar en nuestras autoridades. No solo porque no parecen tener la capacidad y la fuerza de combatir el mal, sino también porque parecen haberse comprometido moralmente al caer en la corrupción de coludirse con las fuerzas del mal.
Sin embargo, la Biblia nos manda como Cristianos a que nos sometamos a las autoridades porque estas han sido establecidas por Dios. Inclusive son llamados “ministros de Dios para bien” y para castigar al que practica lo malo:

Romanos 13:1 Sométase toda persona a las autoridades que gobiernan; porque no hay autoridad sino de Dios, y las que existen, por Dios son constituidas. 2 Por consiguiente, el que resiste a la autoridad, a lo ordenado por Dios se ha opuesto; y los que se han opuesto, sobre sí recibirán condenación. 3 Porque los gobernantes no son motivo de temor para los de buena conducta, sino para el que hace el mal. ¿Deseas, pues, no temer a la autoridad? Haz lo bueno y tendrás elogios de ella, 4 pues es para ti un ministro de Dios para bien. Pero si haces lo malo, teme; porque no en vano lleva la espada, pues ministro es de Dios, un vengador que castiga al que practica lo malo. 5 Por tanto, es necesario someterse, no sólo por razón del castigo, sino también por causa de la conciencia.

No dudo que haya elementos corruptos y malos en las fuerzas policiales y militares. Pero tampoco dudo que hay muchos policías que son honestos y que desearían poder hacer algo para proteger a la ciudadanía. A ellos Dios les ha dado la autoridad de la espada para traer justicia. Debemos orar por ellos, Dios nos lo manda para que podamos vivir una vida tranquila y digna:

1 Timoteo 2:1 Exhorto, pues, ante todo que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias por todos los hombres; 2 por los reyes y por todos los que están en autoridad, para que podamos vivir una vida tranquila y sosegada con toda piedad y dignidad.

Aunque he dicho antes que Dios no nos garantiza una vida tranquila y segura, esto no quiere decir que no debamos desearla, o que Dios no la quisiera para nosotros. Sabemos que mientras estemos en este mundo tendremos tribulación. Y mucha de esa tribulación vendrá a nuestras vidas como consecuencia del pecado, el nuestro y el de otros. Sin embargo, precisamente por la realidad de ese pecado en el hombre es que Dios ha establecido autoridades que ayuden en conservar un orden y la paz social.
Debemos entonces pedirle a Dios que les de sabiduría, dirección y que los proteja de tal forma que todo policía, oficial, o soldado sea prosperado por Dios en el desempeño de su labor. Debemos pedirle a Dios que los ayude y que sean efectivos en sus acciones, que los planes de los malhechores se frustren y que continuamente veamos que la policía tiene éxito en sus pesquisas y arrestos. Que los proteja de los ataques y de los atentados en su contra, que de manera sobrenatural sean guardados de ser heridos o lastimados. También debemos pedirle a Dios que los proteja de su propio corazón, para que no caigan en la tentación del soborno o del abuso de su poder. Oremos por los que los dirigen incluyendo el presidente municipal, el gobernador y el presidente de la república. Que todos ellos no desistan en cumplir su responsabilidad de recuperar el orden y proteger a la ciudadanía del mal. Oremos con fe al Dios que los estableció, pues él tiene el poder de respaldarlos en su tan necesaria labor.

jueves, 29 de mayo de 2008

¿Cómo Debemos Orar? (Segunda parte)

¿Debemos orar por los Sicarios?
Esta es una pregunta que de seguro muchos Cristianos se han hecho. Ya hemos comentado anteriormente en este blog, que es muy común escuchar a la gente condenarlos como unos malditos, pues su conducta no solo es reprobable sino merecedora del juicio y castigo de Dios. Dios nos manda en el 6º mandamiento: No Matarás (Exodo 20:13). Y anteriormente también había sentenciado:

Génesis 9:5 Y ciertamente pediré cuenta de la sangre de vuestras vidas; de todo animal la demandaré. Y de todo hombre, del hermano de todo hombre demandaré la vida del hombre. 6 El que derrame sangre de hombre, por el hombre su sangre será derramada, porque a imagen de Dios hizo Él al hombre.

El respeto a la vida humana es uno de los más antiguos mandamientos que Dios le da al hombre. Lo vemos desde Génesis y tiene que ver con el hecho que el hombre y la mujer fueron hechos a imagen y semejanza de Dios. No debe quedarnos la menor duda que Dios detesta y prohíbe y condena el derramamiento homicida de la sangre humana.


Apocalipsis 21:8 Pero los cobardes, incrédulos, abominables, asesinos, inmorales, hechiceros, idólatras y todos los mentirosos tendrán su herencia en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.


Sin embargo, ¿eso significa que Dios ya no puede perdonar a un asesino que se arrepiente? La Biblia no nos dice eso. Al contrario nos dice que todos los pecados pueden ser perdonados con excepción a la blasfemia contra el Espíritu Santo

Marcos 3:28 En verdad os digo que todos los pecados serán perdonados a los hijos de los hombres, y las blasfemias con que blasfemen, 29 pero cualquiera que blasfeme contra el Espíritu Santo no tiene jamás perdón, sino que es culpable de pecado eterno.

Inclusive el mismo apóstol Pablo, quien aprobó y participó en el asesinato injusto de Esteban no solo fue perdonado sino usado poderosamente por Dios. Recordemos también que Dios escogió a un homicida, a Barrabás, para ilustrar por toda la historia el principio de la sustitución de Cristo por los pecadores. Barrabás el homicida salió libre y Cristo tomó el lugar del sentenciado a muerte.
Por lo tanto, el llamado a responder al evangelio se aplica también a los homicidas - ¡Arrepiéntanse y Conviértanse a Cristo Jesús!

Hechos 3:19 Por tanto, arrepentíos y convertíos, para que vuestros pecados sean borrados, a fin de que tiempos de refrigerio vengan de la presencia del Señor,

Ahora, la Biblia también dice que por la magnitud de sus pecados, su conciencia está cauterizada y están ciegos a las verdades del evangelio (2Corintios 4:3-4). Su única esperanza es que Dios en su bondad les conceda el arrepentimiento destapando su entendimiento para que se den cuenta de sus pecados tan terribles. Nosotros también en otro tiempo estábamos perdidos, pero Dios en su bondad nos salvó, nos transformó y nos dio la vida eterna. Esa posibilidad está abierta para todo pecador:

Tito 3:3 Porque nosotros también en otro tiempo éramos necios, desobedientes, extraviados, esclavos de deleites y placeres diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles y odiándonos unos a otros. 4 Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor hacia la humanidad, 5 Él nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino conforme a su misericordia, por medio del lavamiento de la regeneración y la renovación por el Espíritu Santo, 6 que Él derramó sobre nosotros abundantemente por medio de Jesucristo nuestro Salvador, 7 para que justificados por su gracia fuésemos hechos herederos según la esperanza de la vida eterna.

Es por eso que debemos orar por el arrepentimiento de los miembros del cartel y sus sicarios. La única esperanza para el mundo es el evangelio. Es el único poder que puede cambiar una vida totalmente. Un asesino puede ser transformado en un Hijo de Dios. Oremos para que el Espíritu Santo les traiga cada vez mas una convicción de pecado en sus corazones que están tan endurecidos por el pecado. Oremos para que Dios tenga misericordia de ellos y que haga el milagro que muchos de ellos se arrepientan y caigan a los pies de Cristo. Que su convicción y arrepentimiento sea tan genuino y fuerte que prefieran ser muertos que seguir matando. Que Dios use a muchos de ellos para hablarles a sus compañeros y que de Ciudad Juárez salgan sicarios convertidos que lleven las buenas nuevas a todo el País. Que la gente que vino de fuera a matar, regrese a su tierra llevando a Cristo en sus corazones.

miércoles, 28 de mayo de 2008

¿Cómo Debemos Orar? (primera parte)

Oremos por las victimas y por los Habitantes de la Ciudad
Creo que todos los cristianos sabemos que debemos orar en toda ocasión pero aún más cuando enfrentemos tiempos de prueba. Pero la pregunta ante la situación de violencia es ¿Cómo debemos orar de tal forma que nuestras oraciones sean bíblicas y que Dios se agrade en ellas?
Primero que nada sabemos que nuestras oraciones deben buscar que Dios sea glorificado en medio de esta situación. Esto significa que debemos buscar que Dios sea reconocido, buscado y honrado en medio de lo que está sucediendo. Creo entonces que Dios es glorificado cuando la gente es afectada por la verdad del evangelio de Jesucristo. O sea, que aunque sean proclamados por todos los medios los hechos de muerte, se oiga aún mas fuertemente el anuncio del Señorío y exaltación de Jesucristo y su obra salvadora.
Entonces debemos orar que en medio de estos tiempos de desconcierto, y tal vez hasta desesperanza, Dios permita y nos ayude para que la verdad de Jesucristo se comunique con claridad en todo lugar.
Pienso que los primeros que necesitan oír esas noticias son los cientos de familiares y amigos de las personas ejecutadas. ¿Quién se acuerda de ellos? ¿Quién consuela las madres, esposas o hijos de los muertos? Muchos padres y madres sufren porque vieron que sus hijos cayeron en actividades que ahora les costó la vida. Tal vez ellos trataron de convencer a sus hijos, o esposas a sus esposos, de que se alejaran de esa vida y no tuvieron éxito. Están viviendo lo que más temían, y tal vez, hasta sientan que deberían haber hecho más para salvar a sus seres queridos de la muerte. Me imagino que han de estar terriblemente desconsolados. Tal vez sean los familiares de algún policía que fue ejecutado sin tener nada que ver con la guerra entre los carteles. Tal vez, como le pudo pasar a algún otro, estaba en el lugar equivocado en el instante equivocado.
Debemos orar por misericordia de Dios sobre todos ellos. Necesitamos pedirle a Dios que Su bondad se manifieste de alguna manera en sus vidas y les traiga una esperanza y un consuelo que nadie les puede traer. Dios que es infinito en misericordia les ama y estamos seguros que desea que ellos encuentren la bendita paz que tienen todos aquellos que vienen ante él y se entregan de todo corazón. Debemos orar para que la luz del evangelio brille sobre esas familias y que donde ha habido mucho dolor y tragedia, ahora venga la paz del amor de Dios. Aunque parezca imposible, Dios puede hacer que estos hechos tan terribles sean redimidos para bien. El si tiene el poder de transformar vidas y habiendo permitido la muerte de un ser querido, ahora extiende sus brazos para recibir a los que están sufriendo por esas muertes. Oremos por ellos con todo nuestro corazón.
Otros que también necesitan oír la verdad del Señorío de Jesucristo, y por quienes debemos orar, es la gente de nuestra ciudad. Toda la ciudad está asustada en gran manera pensando que la muerte está cerca y que su vida corre peligro. La verdad es que si no conocen a Jesucristo, y no han puesto su fe en lo que él hizo por ellos al pagar por sus pecados en la cruz, corren un gran peligro, pues está en juego la salvación de su alma. Debemos entonces orar para que la gente de Cd. Juárez voltee sus ojos hacia Jesús y clame a aquel que les puede salvar de la muerte eterna. Debe ser nuestro ruego que miles de personas al no poder poner su confianza en las autoridades terrenales, corran a Jesús y se lancen a sus pies poniendo toda su confianza en él. ¿Quién es el único que nos puede salvar de todo esto? ¿A quién podemos recurrir? Solo hay uno, sólo a Jesús. Pidámosle a Dios que las iglesias de Ciudad Juárez se llenen de gente buscándolo a Él, refugiándose en él, confiando en Él.

martes, 27 de mayo de 2008

Esos Malditos! somos Nosotros

¡Esos Malditos! somos nosotros

Ante la ola de violencia la gente se apresura a exclamar su juicio hacia los asesinos: “son unos malditos… merecen la muerte,… ojala los maten a todos…, que se vayan todos al infierno…”

Pero la Biblia no llama a que hagamos un juicio justo. Y no hay juicio justo sin que primero veamos nuestro propio corazón y nuestra propia condición delante de Dios. Primero que nada necesitamos reconocer que todos somos culpables delante de Dios. Ninguno de nosotros hemos cumplido los mandatos de Dios. Todos hemos pecado y por eso, Dios llama malditos a todos los pecadores:

Galatas 3:10 Porque todos los que son de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: MALDITO TODO EL QUE NO PERMANECE EN TODAS LAS COSAS ESCRITAS EN EL LIBRO DE LA LEY, PARA HACERLAS

Romanos 3:10 como está escrito: NO HAY JUSTO, NI AUN UNO; 11 NO HAY QUIEN ENTIENDA, NO HAY QUIEN BUSQUE A DIOS; 12 TODOS SE HAN DESVIADO, A UNA SE HICIERON INÚTILES; NO HAY QUIEN HAGA LO BUENO, NO HAY NI SIQUIERA UNO. 13 SEPULCRO ABIERTO ES SU GARGANTA, ENGAÑAN DE CONTINUO CON SU LENGUA, VENENO DE SERPIENTES HAY BAJO SUS LABIOS; 14 LLENA ESTÁ SU BOCA DE MALDICIÓN Y AMARGURA; 15 SUS PIES SON VELOCES PARA DERRAMAR SANGRE; 16 DESTRUCCIÓN Y MISERIA HAY EN SUS CAMINOS,

Mateo 5:21 Habéis oído que se dijo a los antepasados: "NO MATARÁS" y: "Cualquiera que cometa homicidio será culpable ante la corte." 22 Pero yo os digo que todo aquel que esté enojado con su hermano será culpable ante la corte; y cualquiera que diga: "Raca" a su hermano, será culpable delante de la corte suprema; y cualquiera que diga: "Idiota", será reo del infierno de fuego.

Estamos ante una situación similar al de la mujer que fue sorprendida en adulterio y traída ante Jesús para que la éste dijera si debían a no apedrearla. Jesús solo dijo: “el que esté libre de pecado, que arroje la primera piedra”. ¿Esto quiere decir que somos igual de malos que los asesinos? Tal vez no, pero si somos todos igual de culpables ante Dios de pecado.

¿Merece mas el infierno un sicario o un narcotraficante que un adúltero? ¿Qué uno que golpea a su mujer o que abandona a sus hijos? ¿Qué el que miente a sus padres y los deshonra? ¿Qué la mujer que se exhibe inmodestamente para tratar de atrapar a un hombre? ¿Qué el empresario que explota a sus empleados y no les paga lo justo? La Biblia condena cada uno de esos pecados y muchos otros con el infierno. Nos dice que el odio y la amargura equivalen al homicidio en el corazón. Por eso si decimos ¡esos malditos merecen el infierno!, tenemos que decir MERECEMOS el infierno (Brayant L.)

Es allí en donde entra el evangelio. Es por eso que es buena noticia. Porque nos anuncia que Jesús se hizo una maldición para sustituirnos en la cruz. El que no era culpable de ningún pecado fue ejecutado en la cruz en nuestro lugar. La maldición que pesa sobre todos los pecadores, él la asumió en su propia carne.

Gálatas 3:13 Cristo nos redimió de la maldición de la ley, habiéndose hecho maldición por nosotros (porque escrito está: MALDITO TODO EL QUE CUELGA DE UN MADERO),

2 Corintios 5:21 Al que no conoció pecado, le hizo pecado por nosotros, para que fuéramos hechos justicia de Dios en Él

Esa fue la razón por la que él fue crucificado. Tomó nuestra condición de malditos de Dios para que pudiéramos recibir el perdón de nuestros pecados. ¿Murió Cristo también por los Sicarios? Si, y por eso, si ellos creen esas buenas nuevas del evangelio de Jesús y corren a él en arrepentimiento también podrán, como la mujer adúltera de la Biblia, recibir el perdón de sus pecados. Pero algunos dirán, “pero lo que ellos han hecho es imperdonable”. Si lo es, pero todo el pecado es imperdonable, todo pecado llevó a Cristo a la cruz. Qué mas imperdonable puede ser el haber sido respondable de la muerte del inocente Hijo de Dios? Cristo también murió por los asesinos, por eso él también fue asesinado.

viernes, 23 de mayo de 2008

El Verdadero Señor de Ciudad Juárez

Hermanos:
Como todo el resto de la gente de Juárez he estado observando con tristeza y dolor lo que está sucediendo en nuestra ciudad. Y aunque me duele y ofende que se esté derramando tanta sangre por motivo de una “guerra” entre los “señores” de los carteles del narcotráfico, y me duele y ofende que las autoridades no solo se hayan visto incapaces de hacerle frente al crimen y la violencia, sino también que se esté evidenciando cada vez mas la extensión de la corrupción por el involucramiento de muchos oficiales con esos mismos “señores”, mucho mas me duele que pareciera que los Cristianos de esta ciudad están mas conscientes y pendientes de lo que esos “señores” hacen, o amenazan hacer, que de contemplar la Gloria del verdadero y único Señor de Ciudad Juárez.

Salmo 24:1-2 Del SEÑOR es la tierra y todo lo que hay en ella; el mundo y los que en él habitan. 2 Porque Él la fundó sobre los mares, y la asentó sobre los ríos.

En estos días, no creo que sea nuestra labor el andar circulando mensajes de advertencias por las amenazas de aquellos que pretenden “tomar” nuestra ciudad. No es que no crea que se deba advertir de peligro a aquellos que suelen frecuentar antros de vicio o que andan “divirtiéndose” a altas horas de la noche, ellos si necesitan ser advertidos del peligro que corren sus almas. El problema que veo es que ese tipo de advertencias solo sirven para engrandecer a los que quieren hacer mal a nuestra ciudad y para sembrar y avivar un espíritu de terror y temor al hombre. Los Cristianos debemos proclamar a nuestra ciudad a aquel a quien la Escritura nos advierte que debemos temer:

Isa 51:12 Yo, yo soy vuestro consolador. ¿Quién eres tú que temes al hombre mortal, y al hijo del hombre que como hierba es tratado? 13 ¿Has olvidado al SEÑOR, tu Hacedor, que extendió los cielos y puso los cimientos de la tierra, para que estés temblando sin cesar todo el día ante la furia del opresor, mientras éste se prepara para destruir? Pero ¿dónde está la furia del opresor?
Isa 8:13 Al SEÑOR de los ejércitos es a quien debéis tener por santo. Sea Él vuestro temor, y sea Él vuestro terror.
Luc 12:4 Y yo os digo, amigos míos: no temáis a los que matan el cuerpo, y después de esto no tienen más nada que puedan hacer. 5 Pero yo os mostraré a quién debéis temer: temed al que, después de matar, tiene poder para arrojar al infierno; sí, os digo: a éste, ¡temed!

Recordemos la manera en que respondió Nehemías a las burlas y amenazas de Sanbalat quien pretendía usar el temor para desanimar a los judíos de que continuaran edificando su ciudad:

Neh 4:14 Cuando vi su temor, me levanté y dije a los nobles, a los oficiales y al resto del pueblo: No les tengáis miedo; acordaos del Señor, que es grande y temible, y luchad por vuestros hermanos, vuestros hijos, vuestras hijas, vuestras mujeres y vuestras casas.

Creo que esta debe ser nuestra labor, proclamar a la ciudad: ¡Acordaos del Señor que es Grande y Temible! Es infinitamente mas grande que cualquier señor aquí en la Tierra, es muchísimo mas grande que cualquier amenaza de muerte, es El quien tiene el poder de la vida y la muerte y ante él se ha de doblar toda rodilla. El es el Eterno Creador, el Santo de Israel dueño de todo el Universo. El es el Rey de Gloria, el que juzgará a vivos y a muertos. El es el único absoluto Soberano y nadie puede detener su mano. Y El es la esperanza de las naciones y el Salvador del mundo. El es nuestro Señor Jesús, de quien en todo momento nos debemos acordar y al único a quien debemos adorar.
A El no se le han salido las cosas de las manos, El nunca ha perdido el control. El ya ha obtenido la victoria total en la cruz. El ya está exaltado y victorioso y está reinando desde su trono. El nos ha traído las “buenas noticias” del evangelio de que los hombres tienen esperanza de salvación porque El tomó nuestro lugar en la cruz y pagó por todos nuestros pecados. Los Cristianos deben permanecer contemplando a ese gran Señor y Salvador, aún cuando escuchen las “malas noticias” de los medios. Es en El en quien está toda nuestra esperanza y seguridad.
Hermanos, la iglesia de Ciudad Juárez, debe proclamar a viva voz y a los cuatro vientos y que lo oigan las potestades de los cielos y las potestades de la tierra: Jesús es el único y verdadero Señor de Ciudad Juárez, sólo a El debemos honrar y temer. ¡Solo a El sea toda la Gloria!

Sal 24:7 Alzad, oh puertas, vuestras cabezas, alzaos vosotras, puertas eternas, para que entre el Rey de la gloria. 8 ¿Quién es este Rey de la gloria? El SEÑOR, fuerte y poderoso; el SEÑOR, poderoso en batalla. 9 Alzad, oh puertas, vuestras cabezas, alzadlas, puertas eternas, para que entre el Rey de la gloria. 10 ¿Quién es este Rey de la gloria? El SEÑOR de los ejércitos, Él es el Rey de la gloria.