martes, 3 de junio de 2008

¿Cómo Debemos Orar? (Tercera parte)

Debemos orar por las Autoridades
Parece ser que una de las estrategias de los carteles es crear un pánico entre la ciudadanía. Los ahora famosos narco-mensajes continúan circulando; ahora han amenazado a empresarios con matarlos si no pagan una cuota de protección. Aunque esta ha sido una estrategia común de la mafia organizada en todo el mundo, lo que aquí nos afecta más, es que aparentemente no hay a quien recurrir por protección.
Uno de los factores que están contribuyendo a ese pánico comunitario es el hecho que las amenazas y los actos delictivos de las mafias locales no solo retan abiertamente a sus enemigos, sino principalmente a las autoridades. Ante los ojos del público los malhechores parecen impunes e invencibles. Además, el hecho que hayan asesinado a varios agentes policiacos pone en duda si realmente se puede confiar en nuestras autoridades. No solo porque no parecen tener la capacidad y la fuerza de combatir el mal, sino también porque parecen haberse comprometido moralmente al caer en la corrupción de coludirse con las fuerzas del mal.
Sin embargo, la Biblia nos manda como Cristianos a que nos sometamos a las autoridades porque estas han sido establecidas por Dios. Inclusive son llamados “ministros de Dios para bien” y para castigar al que practica lo malo:

Romanos 13:1 Sométase toda persona a las autoridades que gobiernan; porque no hay autoridad sino de Dios, y las que existen, por Dios son constituidas. 2 Por consiguiente, el que resiste a la autoridad, a lo ordenado por Dios se ha opuesto; y los que se han opuesto, sobre sí recibirán condenación. 3 Porque los gobernantes no son motivo de temor para los de buena conducta, sino para el que hace el mal. ¿Deseas, pues, no temer a la autoridad? Haz lo bueno y tendrás elogios de ella, 4 pues es para ti un ministro de Dios para bien. Pero si haces lo malo, teme; porque no en vano lleva la espada, pues ministro es de Dios, un vengador que castiga al que practica lo malo. 5 Por tanto, es necesario someterse, no sólo por razón del castigo, sino también por causa de la conciencia.

No dudo que haya elementos corruptos y malos en las fuerzas policiales y militares. Pero tampoco dudo que hay muchos policías que son honestos y que desearían poder hacer algo para proteger a la ciudadanía. A ellos Dios les ha dado la autoridad de la espada para traer justicia. Debemos orar por ellos, Dios nos lo manda para que podamos vivir una vida tranquila y digna:

1 Timoteo 2:1 Exhorto, pues, ante todo que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias por todos los hombres; 2 por los reyes y por todos los que están en autoridad, para que podamos vivir una vida tranquila y sosegada con toda piedad y dignidad.

Aunque he dicho antes que Dios no nos garantiza una vida tranquila y segura, esto no quiere decir que no debamos desearla, o que Dios no la quisiera para nosotros. Sabemos que mientras estemos en este mundo tendremos tribulación. Y mucha de esa tribulación vendrá a nuestras vidas como consecuencia del pecado, el nuestro y el de otros. Sin embargo, precisamente por la realidad de ese pecado en el hombre es que Dios ha establecido autoridades que ayuden en conservar un orden y la paz social.
Debemos entonces pedirle a Dios que les de sabiduría, dirección y que los proteja de tal forma que todo policía, oficial, o soldado sea prosperado por Dios en el desempeño de su labor. Debemos pedirle a Dios que los ayude y que sean efectivos en sus acciones, que los planes de los malhechores se frustren y que continuamente veamos que la policía tiene éxito en sus pesquisas y arrestos. Que los proteja de los ataques y de los atentados en su contra, que de manera sobrenatural sean guardados de ser heridos o lastimados. También debemos pedirle a Dios que los proteja de su propio corazón, para que no caigan en la tentación del soborno o del abuso de su poder. Oremos por los que los dirigen incluyendo el presidente municipal, el gobernador y el presidente de la república. Que todos ellos no desistan en cumplir su responsabilidad de recuperar el orden y proteger a la ciudadanía del mal. Oremos con fe al Dios que los estableció, pues él tiene el poder de respaldarlos en su tan necesaria labor.

1 comentario:

Rodrigo Najera dijo...

Sin duda alguna,Dios nos dice que obedescamos a las autoridades ya que son estos ministros de Dios para Justicia. Algunas veces nos encontramos con situaciones o dificultades que muchas de las veces no queremos confrontar o aceptar. Hay 2 caminos, uno es angosto y dificil de seguir, el otro es ancho y amplio y muy fácil de seguir; este ultimo camino te lo ofrece el mundo y el mundo junto con el enemigo nos enseñan a no obedecer, como es el caso de los maestros de Oaxaca que no obedecieron a la autoridad y se fueron a la huelga. El mejor modelo para obedecer es Jesucristo pues siempre obedecio a la autoridad; a Dios y su Ley y lo mas extraordinario fue que sabía lo que venía y no dudo en mantenerse firme y padecer en el monte calvario. Sabía que estaría lejos de Dios y eso es el peor de los castigos que recibio por nuestros pecados.
El, angustiado y afligido, no abrio su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como obeja delante de sus tasquiladores, enmudeció, y no abrio su boca ( Isaías 53:7)