¿Puede Dios juzgar una ciudad?
Sodoma y Gomorra, Jericó, Samaria, Jerusalén, todas son ciudades que aparecen en la Biblia y que Dios juzgó. Las juzgó por su pecado y por rechazarlo a él. La pregunta que los juarenses deben hacerse es si esta ola de violencia que vive la ciudad la está permitiendo Dios como una forma de llamar a Juárez al arrepentimiento.
Hechos 17:30 Por tanto, habiendo pasado por alto los tiempos de ignorancia, Dios declara ahora a todos los hombres, en todas partes, que se arrepientan, 31 porque Él ha establecido un día en el cual juzgará al mundo en justicia, por medio de un Hombre a quien ha designado, habiendo presentado pruebas a todos los hombres al resucitarle de entre los muertos.
Sé que esto es un pensamiento controversial aún entre los Cristianos. No nos gusta pensar en Dios como un ser supremo con autoridad para juzgar y castigar a los pecadores. Todos queremos un Dios a quien podamos manejar o que se ajuste a nuestras expectativas, un Dios conforme a nuestro propio diseño. Pero ese no es el Dios que describen las Escrituras.
La Biblia nos revela a un Dios que es soberano sobre todas las cosas y que como creador del Universo, la tierra y el hombre tiene todo el derecho de establecer su Le. Su ley, que contiene sus mandatos y preceptos para el hombre, es santa y justa y muy digna de ser obedecida. Sin embargo, la Biblia también nos dice que el hombre por naturaleza se rebela contra esa ley divina, la rechaza y desobedece constantemente. Esto le hace digno de juicio y condenación de parte de su santo creador. Ese es el problema.
Pero, Dios que es bueno y abundante en su compasión, siendo el hombre culpable, ha provisto un medio para que haya una reconciliación. Una manera de que se sane la relación de enemistad entre Dios y el hombre. Ese medio es Jesús. La razón por la que Jesús vino es precisamente para solucionar el problema de la rebelión del hombre. Vino para hacerse responsable de esa rebelión humana. Vino para absorber el castigo que todos los hombres merecemos – la muerte. El la sufrió en carne propia para que entonces los hombres pudieran tener acceso al perdón de Dios.
Lucas 24:46 y les dijo: Así está escrito, que el Cristo padeciera y resucitara de entre los muertos al tercer día; 47 y que en su nombre se predicara el arrepentimiento para el perdón de los pecados a todas las naciones, comenzando desde Jerusalén.
Y ¿cómo se obtiene entonces el perdón de Dios? Por medio del arrepentimiento. La Biblia no solo nos revela en donde está el problema del hombre (en su rebelión contra la ley de Dios) sino que proclama las buenas noticias de la solución a ese problema (Jesús vino a preparar un acceso al perdón de Dios). Al morir Jesús obtiene la posibilidad del perdón para el hombre. Ahora todo el que desea obtener ese perdón puede clamar a él, invocando su misericordia y podrá obtenerlo. Pero la manera de clamar a Dios para obtener perdón es el arrepentimiento. Arrepentimiento significa que dejas atrás todo aquello de tu manera de vivir que ofende a Dios y te sometes a vivir conforme a su voluntad. Es “volverse” a Dios, o sea volverse de una vida ofensiva a Dios a una vida sometida a Dios.
Pero las buenas nuevas no terminan allí. El evangelio no solo incluye la posibilidad del perdón de Dios sino también la promesa de la vida eterna con él. Dios quiere perdonar al hombre para llevarlo hasta su presencia. Dios mismo es el fin del evangelio. Dios quiere perdonarnos para que estemos con él para siempre.
Romanos 6:22 Pero ahora, habiendo sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como resultado la vida eterna.
Entonces, el llamado al arrepentimiento no es una mala noticia, sino en realidad una bendición. Es el camino necesario para obtener las promesas de perdón y de vida de parte de Dios. Cuando Dios llama al arrepentimiento lo que desea es bendecir a la gente no destruirla. Si Dios está permitiendo que veamos toda esta violencia es para que volvamos nuestros ojos a él y reconozcamos que sin él estamos perdidos.
Cd. Juárez, voltea tus ojos a Jesús. Clama a él en arrepentimiento para el perdón de tus pecados. Si lo haces obtendrás el perdón y la vida eterna. Si lo haces, ¡obtendrás a Dios!
lunes, 23 de junio de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario