miércoles, 4 de junio de 2008

¿Cómo Debemos Orar? (Cuarta parte)

Debemos Orar por la Iglesia
Cuando Jesús se preparaba para morir y partir de este mundo oro por la pequeña iglesia que dejaba. Oro por sus discípulos a quienes les iba a encomendar que fueran por el mundo llevando el glorioso mensaje del evangelio. Jesús oró por varias cosas específicas:

Juan 17:14 Yo les he dado tu palabra y el mundo los ha odiado, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. 15 No te ruego que los saques del mundo, sino que los guardes del maligno. 16 Ellos no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. 17 Santifícalos en la verdad; tu palabra es verdad. 18 Como tú me enviaste al mundo, yo también los he enviado al mundo. 19 Y por ellos yo me santifico, para que ellos también sean santificados en la verdad. 20 Mas no ruego sólo por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, 21 para que todos sean uno. Como tú, oh Padre, estás en mí y yo en ti, que también ellos estén en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste.

Primero, oró para que fueran guardados del maligno. Necesitamos orar para que Dios proteja a la iglesia del ataque destructivo de Satanás. Es él quien desea que la iglesia fracase en su cometido. Es él quien quiere amedrentar a la iglesia en temor. Es él quien quiere que tengamos miedo de predicar el evangelio. Es él quien quiere traer división entre los cristianos. Es él quien quiere que nos mantengamos distraídos en nuestras pequeñeces, juzgándonos unos a otros y llenándonos de amarguras contaminantes. Satanás quiere una iglesia infructuosa, inepta e inefectiva. Nosotros debemos orar para que suceda todo lo contrario y que en este tiempo de necesidad en nuestra ciudad la iglesia brille en todo su esplendor y sea verdaderamente “la casa de la gloria de Dios” (Isa 60:7)

Segundo, oró para que fueran santificados por la palabra de Dios. Debemos orar para que en estos días la iglesia sea santificada. Que en lugar de que esté batallando con las ataduras del pecado, camine en gloriosa libertad avanzando en contra de las fuerzas del pecado y del mal. Que haya una nueva pasión por aplicar la Palabra de Dios en la vida de los creyentes de tal forma que la iglesia despida ese hermoso aroma de la santidad que glorifica a su Dios y que tanto atrae al mundo. El diablo quiere que caigamos en pecado y que de esa forma nos hagamos inútiles. El sabe que una iglesia llena de pecado carece de un testimonio contundente y se aletarga con un sentido de culpabilidad e indignidad. Es él quien se encarga de inspirar condenación en la iglesia y de señalarle que no sirve para nada. Estos deben ser tiempos en que brillen las buenas obras de la iglesia para que el mundo las vea y glorifique a Dios (Mat 5:16; 1Ped 2:12).

Tercero, oró para que permanecieran en unidad. Nosotros también necesitamos orar para permanecer en esa unidad y no caer en la crítica, la ofensa, la murmuración, los celos y todas esas cosas que nacen en nuestras pasiones de la carne y que provocan la división en la iglesia. Qué hermoso sería que Dios usara este clima de terror en la ciudad para provocar una nueva y mayor unidad en la iglesia cristiana de Cd. Juárez. Ahora no son tiempos de estar señalando los errores o carencias de otros o de guardar rencores y juicios contra otros cristianos. Ahora debemos orar como Jesús y pedirle a Dios que nos ayude a permanecer en un espíritu de unidad junto con todos los que declaran a Jesús como Salvador y Señor de sus vidas. Los mas tremendo de esa oración es que esa unidad servirá de testimonio al mundo de que somos discípulos de Jesús.

En la iglesia de Jesucristo está depositada la verdad del evangelio. Por lo tanto debemos orar para que Dios use la iglesia en estos tiempos con gran poder. Para que la iglesia se convierta en una fuente de luz y esperanza para la ciudad. Debemos orar que Dios le abra oportunidad a la iglesia y salga a predicar el evangelio con todo valor. Debemos orar como los primeros Cristianos para que Dios respalde a su iglesia con señales y prodigios y que en estos tiempos de peligro la iglesia experimente un avivamiento poderoso.

Hechos 4:29 Y ahora, Señor, considera sus amenazas, y permite que tus siervos hablen tu palabra con toda confianza, 30 mientras extiendes tu mano para que se hagan curaciones, señales y prodigios mediante el nombre de tu santo siervo Jesús. 31 Después que oraron, el lugar donde estaban reunidos tembló, y todos fueron llenos del Espíritu Santo y hablaban la palabra de Dios con valor.

Por último, debemos orar por los pastores y líderes de las diversas iglesias en nuestra ciudad para que sepan cómo dirigir a sus congregaciones ayudándoles a que respondan con valor y fe en medio de esta situación y puedan ayudar a la gente desconcertada y aterrorizada. Debemos orar para que puedan predicar la verdad con todo poder y haya como fruto que todas las iglesias sean llenas de personas refugiándose en Cristo poniendo toda su esperanza solo en El y en su gran bondad.

¡Hermanos, hoy mas que nunca debemos orar por la Iglesia!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Antes que nada felicito este espacio. Necesitamos ahora mas que nunca lugares como este donde podamos leer algo confortante y tratar de liberar de alguna manera nuestras mentes de tanta informacion negativa.
Desde mi punto de vista realmente estamos viviendo tiempos demasiado dificiles y de demasiada violencia, con tristeza podemos ver que en verdad el amor y el temor se estan terminendo en todos los ambitos y esferas. Y pienso que como crsitianos lo unico que nos resta es orar siendo esto de alguna manera lo mas importante. Con tristeza puedo darme cuenta que a mi alrededor ultimamente muchisima gente esta recurriendo a todo tipo de cosas donde su mente pueda estar tranquila, sin ganas de ofender a ninguna religion o creencia he notado que mucha gente de mis conocidos estan entrando a sectas o grupos donde predican la concentracion de la mente me refiero a la nueva era o G12 o budistas antes no se veia tanto esto pero creoq ue tambien debemos orar por aquellas personas que por su desesperacion estan buscando cosas equivocadas como son esas doctrinas. Nosotros que conocemos a Cristo desde otro punto sabemos que el es nuestro refugio y nuestro consuelo pero hay mucha gente que no lo sabe. Actualmente la delicuencia se ha disparado en todos los sentidos pero solo nos limitamos a ver lo mas drastico y claro es entendible porque en estos momentos es lo mas palpable. Yo misma confieso he sido presa de ese temor muchas veces hasta de salir a la calle o a la misma vez ya no ver sentido el seguir aqui por mis hijos, Pero luego me pregunto a donde iremos?, desgraciadamente ya por todos lados esta igual o parecido a algunos es una cosa en otros lados otra y asi y me pongo a pensar y aun la mano de Dios esta con nosotros no quiero imaginar cuando Dios ya la quite. Como cristianos no estamos excentos de dolor o tribulacion quizas hasta pasamos por mas tribulacion pero Dios siempre tiene un fin y lo que es seguro esque es bueno. Esta ciudad necesita mucha oracion asi mismo nuestros gobernantes y lideres en todos los ambitos, por otro lado creo que aunque nosotros no podamos parar esa violencia alla afuera mas que orar por todas esas personas, lo que si es cierto esque podemos empezar por fomentar en nuestro entorno la paz. Dar amor a quien nos rodea, aceptar y escuchar a quien nos necesita en ocaciones sin darnos cuenta igual nos portamos de mal con personas que estan necesitadas que decimos de prostitutas, enfermos de sida, mendigos, y gente enferma de sus facultades y no solo eso aun las mismas personas cercanas nuestros ancianos nuestros ninos, criticamos a los sicarios y hay tanto maltrato infantil,violaciones y demas y me pregunto no sera igual para DIos ante sus ojos lastimamos igual su sacrificio de haber ido a la cruz a morir por nosotros.

Unknown dijo...

Dios ha prometido escuchar la oración, y El cumplirá su promesa; El oído mismo de Dios escuchará y la mano de Dios mismo cederá a nuestra voluntad. El pide que clamemos: "Hágase tu voluntad" y su voluntad será hecha!!
Cuando suplicamos nuestra promesa, entonces nuestra voluntad es la voluntad de El...